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Reinos e imperios
Se clasifican las alas por su tipo de plumaje, por su tamaño. Se indaga en corazas, se miden los caparazones. Se describe la forma de los dedos o la ausencia de ellos. El tipo de escamas, de cabellos. La composición de las montañas.
Clasificamos por semejanzas o diferencias. Y luego se hunde la mirada en los cuerpos. Se divide la vida a través del microscopio, se miden las sales en la tierra. Los rastros se extienden ordenados, la ciencia fabrica imágenes para explicar los orígenes usando lreino animal y vegetal, han aparecido mundo. o se hunde la mirada en los cuerposíneas que semejan árboles, no hay otra forma de explicar el mundo que usando las mismas formas con las que nos recibe el mundo, formas que también se extienden al interior de nuestro cuerpo. Desde Aristóteles dividiendo el mundo en animal y vegetal, hasta aumentar a siete feudos que llegaron ataviados de lenguaje: archaea, bacteria, protozoa, chromista, fungi, plantae y animalia.
Ahora, la curiosidad humana los agrupa en categorías más elevadas: superreinos o imperios: Prokaryota y Eukaryota. Catedrales lingüísticas. Raíces. Conexiones. Imágenes que se arriesgan.
Decían los griegos: el alma vegetativa es de las plantas, y el alma sensitiva es de los animales. Dicen los economistas de la escuela predominante, que el mundo se divide en recursos económicos. Dicen los políticos que el mundo se divide en dominados y dominantes. Dicen los hombres del campo que el mundo se divide en tierras saludables para su familia y tierras contaminadas.
El ser humano –lo dijo un conservacionista- es la única especie que contamina el lugar de donde se nutre: el agua. ¿Qué harán los habitantes del Ejido Noria de Sabinas donde se pretende instalar el confinamiento de residuos tóxicos en un sitio donde hay agua apenas a 16 metros bajo la superficie? ¿Es el alma sensitiva, realmente el ánima de la especie humana?
Cierto, nadie quiere saber el destino de los desechos que todos generamos. (Mejor que se vayan a una zona oscura, que otros se ocupen) Y no es que se niegue la necesidad de confinar los residuos que genera la industria, pero hay reglas mínimas que no se cumplen. Es vital encontrar un lugar que desde su composición geológica no ponga en riesgo el sistema del confinamiento mismo y también, es importante dialogar con la ciudadanía organizada; nadie dijo que sería fácil.
Los ciudadanos solo cuentan cuando son tiempos electorales. Son seres que habitan este territorio, quienes con su vida y trabajo dan valor a esta tierra. Sí, es molesto para algunos tener qué ver los rostros y de los hombres del desierto que se oponen, pero es parte del el ejercicio básico de la “democracia”.
En este caso, ¿es la clasificación de la vida para preservar la salud y vida humanas, la que se considera? Quiénes pugnan y otorgan el permiso ¿pueden ver que realmente es riesgoso para todos establecerlo en ese sitio? Mientras el mundo se clasifica en inversiones y proyectos, ¿se podría contabilizar también la vida de la gente que allí late? Ellos somos nosotros.