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¿Reír o llorar?
Para entenderla no necesitamos dominar el español, inglés, alemán, chino, ruso o ningún otro idioma. Todos nacemos con el instinto para hacerlo e incluso y aparece mucho antes de que los seres humanos seamos capaces de poder hablar. Es la risa, una parte del vocabulario universal y que ocurre de forma inconsciente ya que nadie decide por voluntad propia el reír y aunque podemos inhibirla, no es posible producirla en forma consciente, por lo menos no la risa verdadera.
Gracias a la ciencia, hemos podido conocer que la parte del cerebro que controla la risa, está en la subcorteza y que en términos evolutivos es muy antigua ya que su desarrollo, se remite a los tiempos en que se formó dentro del cerebro humano el comportamiento primario como la respiración y los reflejos básicos. Pasaron miles de años para que luego, la raza humana desarrollara otras regiones del cerebro como las que controlan el lenguaje y la memoria.
La risa proporciona ideas poderosas que van sin censura hacia nuestro inconsciente y después brotan de nuestro interior en determinadas situaciones. Cuando reímos, alteramos nuestras expresiones faciales y producimos sonidos y, al hacerlo, se utilizan músculos de brazos, piernas, el tronco y se modifica nuestro patrón de respiración. La ciencia ha comprobado que la risa elimina o disminuye el estrés, la tensión, la ansiedad, depresión, insomnio y ayuda a mejorar problemas cardiovasculares y respiratorios.
La risa produce tal actividad celular, que ataca virus y tumores y con frecuencia la gente que ríe, es más sana que aquella que no lo hace. También se sabe que las personas que tienen malos hábitos y malos sentimientos ríen mucho menos.
Conocidos son los casos de médicos como Patch Adams, los doctores de la risa y la risoterapia que ayudan a mejorar la salud (anímica) de los enfermos con una dosis de risa directa a la vena.
La risa funciona, es un lubricante social que ayuda a enfatizar o suavizar una conversación o transmitir sentimientos o ideas, o incluso reírnos con descaro de la gente que no nos gusta. Yo le propongo que al menos por hoy, sonría a todo y a todos sin ningún motivo. Ya verá lo divertido y satisfactorio que es circular en el sentido contrario al mundo.
El doctor Robert R. Provine, neurocientífico y profesor de Psicología en la Universidad de Maryland, es el autor del libro “La Risa, una Investigación Científica”. Se trata de una amplia investigación aplicada a 2 mil personas en donde se analizaron los casos de origen natural de la risa. Los resultados obtenidos son notables, pues contrario a la creencia popular, la risa en su mayoría no surge del buen humor, ya que se trata más bien del efecto de las relaciones entre personas.
Asegura que en menos de 20 por ciento de los casos, la risa tenía que ver con una broma o chiste, que nos reímos más cuando estamos en grupo que solos, que las mujeres ríen más que los hombres aunque la risa es más provocada por los hombres. Que las risas se dan más en el contexto de una conversación normal que en un intento forzado de reír y que la gente que habla más, ríe más que aquellos que solo escuchan.
La investigación utilizó escáneres de visualización cerebral, revelando que las regiones del cerebro que procesan información social más compleja, se activan cuando se escucha una risa de alegría, pero no cuando se oye una risa falsa.
¿Pero existen razones para reír? Nietzsche decía que “El hombre sufre tan terriblemente en el mundo, que se ha visto obligado a inventar la risa”. Y es verdad, pues la pobreza, violencia, desigualdades, ignorancia, enfermedades e injusticias que agobian a la sociedad no son las mejores razones para reír.
Pero el infierno y el paraíso están dentro de cada uno de nosotros y esa es la esencia de la vida, llena de contrastes como alegrías y tristezas, de luz y oscuridad, de amor y desamor, en fin todo eso que nos hace en verdad humanos.
Pero al final de todo, de sólo una cosa podemos estar seguros: De esta vida no vamos a salir vivos. Así que usted decida que prefiere: ¿Reír o llorar? En lo personal, hoy me río tan sólo de recordar que hemos sobrevivido en el pasado reciente a peligros y amenazas y con la seguridad del lugar que esos tendrán en la historia. Esa sí les aseguro que estará para llorar.
@marcosduranf