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Reportan trece reos muertos en motín carcelario de Guatemala
GUATEMALA.- Byron Lima Oliva, capitán retirado del Ejército de Guatemala y condenado en 2001, a 20 años de prisión por el asesinato del obispo Juan Gerardi, fue abatido ayer durante un motín en la Granja Penal de Pavón, el reclusorio más importante de Guatemala. Fue capturado el 20 de enero de 2000, acusado de ser uno de los responsables del asesinato del obispo el 26 de abril de 1998, por lo que fue condenado a 30 años de prisión, pero le fue reducida la condena a 20.
Junto a él fueron sentenciados su padre, el coronel Byron Lima Estrada, el sacerdote Mario Orantes, segundo de Juan Gerardi y el sargento Obdulio Villanueva, el presunto autor material.
Lima manejaba a placer el sistema penitenciario del País al grado de que se le consideraba el amo de los presidios. Su influencia era tan grande que los reclusos recurrían a él antes que a las autoridades para resolver problemas, pedir traslados o privilegios.
Su celda, según los periodistas que lo visitaban para entrevistarlo, se asemejaba más a un despacho ejecutivo que a un centro de detención. Ofrecía viandas a quienes le visitaban y salía a placer de la prisión; en más de una ocasión fue sorprendido en las calles acompañado de edecanes sudamericanas.
Su paso por la prisión lo convirtió en un hombre con mucho poder al organizar desde su celda una red mafiosa que se extendió por todo el sistema penitenciario.
En septiembre de 2014, el juez de Mayor Riego B, Miguel Ángel Gálvez, inició un nuevo proceso contra él por delitos como lavado de dinero, tráfico de influencias y uso, en su celda, de terminales móviles.
Sus actividades desde prisión le rindieron grandes beneficios. Entre su patrimonio se encontraron camionetas de las marcas BMW, Porsche, Jaguar o Range Rover, una casa de lujo en la playa, condominios de lujo en la capital guatemalteca y caballos pura sangre.