Reporte de última hora: Saltillo sin agua

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Reporte de última hora: Saltillo sin agua

El holograma se proyecta. Son dos figuras que balbucean frases. Es el cuarto informe que el alcalde y el gobernador dan juntos. Hay una furia en los habitantes que no apaga este mensaje.  De cada hogar se proyecta por las ventanas, hacia la noche, una verde luz. Son los hologramas que hacen visibles a ambos funcionarios flotando en medio de la sala,  frente a camas o en los comedores familiares. Algunos profieren patadas o puñetazos a las imágenes, o las increpan en la intimidad de sus hogares.

Los dos dicen desde sus cuerpos inmateriales, que  no hay agua pero que viene un abastecimiento al amanecer. Uno intenta explicar porqué no hay agua para beber, y el otro porqué la sierra fue fraccionada y vendida hasta llegar a esto.

Como esculturas del apocalipsis, las mansiones en la sierra y en la ciudad, lucen apagadas. Trazos de furia y vidrios rotos le permiten entrar al viento y al polvo. Hace un mes se fue el último inversionista extranjero luego de dar salida, con un fuerte dispositivo de seguridad, a la maquinaria sofisticada que ya no sirve aquí. Ahora van a Uruguay.

La cárcel ya no está llena de consumidores de mariguana, de narcotraficantes o asesinos. Está atiborrada de pequeños infractores que robaron agua para beber. Ese es el delito máximo aplicado a los ciudadanos, mientras los empresarios de corporativos extranjeros se fueron  temerosos pero ilesos, luego de beberse el agua para autos, manufactura y fracking, sin saldar pago alguno.

Hay una elevación gris que enmarca la ciudad donde antes había árboles y agua. Los museos locales están repletos de figuras en taxidermia que buscaron preservar de algún modo, la  fauna de ese sitio que fue entregando por temporadas, cadáveres, hasta arrojar a la última ave que pasó por aquí.

Se han quedado los que no tienen dinero para migrar. El resto ya está en playas extranjeras o en bosques de países que decidieron conservar sus bosques a cambio de perforar otros para obtener minerales, gas, madera y agua.

El diario local logró filtrar una nota sobre el envenenamiento de comunidades enteras en el centro del estado donde hace un decenio se practica el fracking. Los que pueden, compran el agua de marca francesa a costos exorbitantes, pidiendo que no esté adulterada y sea realmente de otro sitio.

Todavía en pie hay letreros con fragmentos de mensajes gubernamentales y corporativos que apuestan por la producción automotriz y el desarrollo industrial. Más de la mitad del territorio de Coahuila está envenenado. Los químicos vertidos para extraer gas, provocaron muertes y enfermedades degenerativas.

Están a la alza los búnkeres para resguardar pequeñas cantidades de agua en manos de pocos, y los cuerpos de seguridad privada conforman ahora más de la mitad de la población.

Un hombre, que trabaja como servidumbre, informó a cambio de su anonimato, que los funcionarios le apuestan al debilitamiento de los pobres por deshidratación, para salir sin miedo a las calles. Este es el reporte de última hora. 

claudiadesierto@gmail.com