Richard H. Kline, Robert Aldrich y Ramón Bravo

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Richard H. Kline, Robert Aldrich y Ramón Bravo


La primera semana de agosto en la que el lunes seis se cumplieron 32 años de la muerte del cineasta coahuilense Emilio “Indio” Fernández el martes siete el luto volvió a cubrir el Séptimo Arte.

Ese día se dio el fallecimiento del fotógrafo de origen Richard H. Kline a los 91 años de edad en la ciudad de Los Ángeles, California, el mismo lugar en donde vio la primera luz. A Kline se le recuerda por filmes como los que le dieron las únicas dos nominaciones al Oscar de su filmografía que fueron el musical “Camelot” (Joshua Logan, 1967) el cual protagonizaron los primeros actores Richard Harris, Vanessa Redgrave y Franco Nero, y la segunda versión de “King Kong” (John Guillermin, 1976), cuyos roles protagónicos recayeron en los ganadores de la estatuilla dorada Jeff Bridges y Jessica Lange, pero también fue responsable de otros clásicos de los 70 u 80 como “Cuando el destino nos alcance” (Richard Fleischer, 1973) o “Cuerpos ardientes” (Lawrence Kasdan, 1981), entre otras.

Hablando de clásicos del siglo XX, en contraste total con esta noticia, el jueves pasado se cumplieron justo 100 años del natalicio del cineasta también norteamericano Robert Aldrich, nacido en su caso el nueve de agosto de 1918 en Cranston, Rhode Island, y quien aunque a diferencia de Kline ni siquiera obtuvo una sola nominación al Oscar en toda su filmografía sí fue reconocido en el Festival Internacional de Cine de Venecia con el León de Plata para su clásico de cine negro “The Big Knife”, protagonizada por Jack Palance y Ida Lupino en 1956, y aquel mismo año en el Festival Internacional de Cine de Berlín con el Oso de Oro al Mejor Director por su trabajo en ¨Hojas de otoño”, donde dirigió por primera vez a la actriz Joan Crawford.

En 1962 el maestro Aldrich volvió a dirigir a la diva Joan Crawford en la controvertida cinta de culto del género del terror “¿Qué le pasó a Baby Jane?”, donde irónicamente quien obtuvo una nominación al Oscar por su protagónico en este filme no fue la Crawford sino su compañera Bette Davis; ganó una estatuilla dorada al Mejor Vestuario en Blanco y Negro para Norma Koch y la cinta fue considerada para la Palma de Oro de Cannes de su año y su éxito llevó a concebir una especie de secuela en 1964 en “Cálmate, Dulce Carlota”, pero que al abandonar el set de filmaciones en Nueva Orleans la Crawford por supuestos problemas de salud dio pie a que Bette Davis invitara a su buena amiga Olivia de Havilland a entrar de relevo para conseguir en su caso nominaciones a 7 Oscares.

Con todo, Aldrich fue un director que se movió con muy buen tino en géneros que fueron de la testosterona del clásico bélico “Doce del patíbulo”, de 1967, que protagonizaron Lee Marvin, Ernest Borgnine y Charles Bronson o la comedia deportiva “Golpe bajo”, de 1974, con Burt Reynolds y Eddie Albert, al drama lésbico de “The Killing of Sister George”, de 1969, con Beryl Reid y Susannah York, pasando por westerns donde dirigió a la española Sara Montiel en “Veracruz”, de 1954 o al mexicano Jorge Luke en “Ulzana´s Raid”, de 1972, siendo sus últimos trabajos la comedia-western “El rabino y el pistolero”, de 1979, en la que compartieron créditos Gene Wilder y Harrison Ford, y la comedia deportiva “Las muñecas de California”, de 1981, protagonizada por Peter Falk. ¡Muchas felicidades!

Para terminar, y haciendo honor a quien honor merece, el truinfo en la taquilla veraniega de “Megalodón”, de Jon Turteltaub, nos hizo recordar al nigropetense Ramón Bravo, documentalista y fotógrafo submarino cuya novela “¡Tintorera!” se convirtió en un gran éxito en los cine en 1977.

Comentarios a: tesse_69@hotmail.com