Robotización, lo que inquieta al mercado

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Robotización, lo que inquieta al mercado

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Los analistas vaticinan un severo impacto de la tecnología en la automatización del mercado laboral. ¿Cuál es el temor?

Cada vez es más común encomtrarse con reportes y análisis que advierten sobre el impacto de las nuevas tecnologías en el mercado laboral. Unos aseguran que la automatización destriurá miles de empleos, y otros sostienen que la robotización demandará de más empleos especializados.

De hecho, para entender las nuevas demandas del mercado y adaptar las empresas a lo que viene, se necesitará algo más que un título universitario.

Para entender cuál es ese plus, el Banco Mundial consultó a mil 300 directores generales y gerentes de Latinoamérica, el 72% de los cuales aseguró que se requieren más habilidades y capacidades personales para apoyar la alta genrencia.

“Siempre habíamos pensado que cuando un director general llega a la cúpula de la empresa lo que tiene que hacer es administrar, dirigir y dar órdenes. Pero lo que estamos viendo es que ahora la alta gerencia necesita de los empleados un apoyo que les permita sortear los desafíos que se están viviendo día a día en el mercado laboral”, explicó Víctor Esquivel, Director General de KPMG para México y Centroamérica al presentar los resultados de un estudio sobre esta materia.

LA ENTREVISTA

Pero, ¿cómo se prepara América Latina para hacerle frente a este escenario?

Prácticamente todos los países de Latinoamérica  han experimentado un cambio en el perfil del empleo.

 Todo ello como producto del proceso de cambio tecnológico que se viene experimentando en la región. 

El principal desafío de mediano plazo está en las tareas proclives a la automatización, que son las que se verán más afectadas por el desempleo y el envejecimiento de la fuerza laboral.

Ignacio Apella, experto del Banco Mundial y uno de los autores del estudio titulado ‘Cambios tecnológicos en el mercado de trabajo’, quien fue entrevistado al respecto, trata de explicar a continuación las implicaciones que la robotización podría tener en los países de la región.

Pregunta. Según su estudio, el impacto del cambio tecnológico sobre el mercado de trabajo va más allá del empleo mismo, ya que también tiene efecto en los países con marcado envejecimiento poblacional. ¿Cuál es la relación entre una cosa y la otra?

Respuesta. “Hace dos años iniciamos una investigación para tratar de entender cuáles eran los desafíos que planteaba el envejecimiento poblacional en términos económicos. 

“Entre varios de los hallazgos al respecto, uno que sobresale es que la vejez de la población plantea una seria restricción al crecimiento económico.¿Por qué? Porque una población envejecida implica menor cantidad de gente en edad de trabajar y, por tanto, una menor capacidad para producir bienes y servicios. 

“Una solución posible para sortear esta restricción sería incrementar la productividad laboral; es decir, aún con una menor cantidad de población en edad de trabajar, se puede producir más y de esa manera sostener el crecimiento del producto per cápita. 

“El envejecimiento poblacional  ya está afectando la velocidad hacia el cambio tecnológico.

“En realidad, el cambio tecnológico existe desde que se inventó la rueda, el problema es que en los próximos años ese cambio se dará cada vez con mayor rapidez. 

“Esto es visto por algunos como una gran oportunidad para los países que están atravesando por el proceso de envejecimiento, ya que el cambio tecnológico obligará a incrementar la productividad de las poblaciones más jóvenes. 

“El problema es que esta gran oportunidad también implica grandes desafíos por los marcados efectos que provoca en el mercado laboral. De hecho,  este estudio se llevó a cabo para tratar de entender cuáles son las implicaciones, los riesgos y los desafíos que el cambio tecnológico provocará sobre el mercado de trabajo.

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P. La robotización tiene un impacto directo en el mercado laboral, que está requiriendo más mano de obra calificada. ¿Cómo se resuelve el desafío de elevar la productividad laboral?

R. “Cuando se habla de robotización no nos estamos refiriendo a un gran robot diseñado para resolver problemas de toda índole, hablamos de algo tan simple como un cajero automático o una aplicación para hacer traducciones similtráneas.

“Cuando hablamos de robots nos referimos incluso a máquinas sencillas para resolver problemas basados en la automatización. 
Hay que aclarar que la robotización no necesariamente hace desaparecer las ocupaciones, los oficios ni los puestos de trabajo, lo que reemplaza el robot son las tareas repetitivas que los empleados realizan en sus áreas repectivas de trabajo. 

“En este sentido, los tipos de tareas que la automatización puede reemplazar o sustituir son aquellas que se caracterizan por ser rutinarias y repetitivas. Eso es lo que hace a las tareas susceptibles de ser automatizadas. 

“El riesgo que enfrenta el mercado de trabajo es una reducción del empleo destinado a la realización de ese tipo de tareas. En especial las manuales, aunque tampoco se eximen las tareas que involucran el razonamiento, es decir, aquellas tareas que requieren de la aplicación de ciertos conocimientos. 

P. ¿Cuáles serían las recomendaciones para hacer frente a esto y cómo garantizar que un país cuente con una población en edad laboral que esté lo suficientemente preparada para aprovechar al máximo el cambio tecnológico?

R. “El cambio tecnológico es bienvenido, porque permite incrementar la productividad y de esa manera generar capacidad para crecer, pero puede traer una mayor desigualdad en la distribución del ingreso. 

“En el otro extremo quedan los trabajadores de bajo nivel, que se dedican a la realización de tareas rutinarias susceptibles de ser automatizadas. 

“A partir de este diagnóstico entendemos que hay dos grandes desafíos, uno de corto plazo y otro de mediano y largo plazo pero que requiere de acciones ya, en especial teniendo en cuenta la velocidad con la que está llevándose a cabo el cambio tecnológico.

“En el corto plazo, el primer riesgo es el desempleo tecnológico que se puede generar. Aquí hay dos alternativas de política pública a ser evaluadas: la primera es la restricción, es decir, proteger aquellos sectores cuyas tareas son susceptibles de ser automatizadas, de manera tal que la automatización no invada demasido rápido a esos sectores. 

“Dado que el cambio tecnológico es continuo, el esfuerzo tiene que ser también continuo. Hay actores de poder que tienen algún tipo de injerencia, pero no me parece una opción efectiva en el corto plazo. 

“En este sentido —y me parece lo más prudente—, lo ideal sería mejorar los programas de formación continua, sobre todo los que otorgan habilidades a los adultos jóvenes a fin de poder readaptarlos a las nuevas condiciones de trabajo, de manera que puedan desarrollar otro tipo de tareas a las que no estaban acostumbrados.

“En el largo plazo, el desafío es que, en vista de que todo cambio genera ocupaciones nuevas que no podemos vaticinar, no sabemos cómo formar a los niños de hoy. 

“Creemos que vale la pena repensar el sistema educativo en su conjunto en los tres niveles básicos —kinder, primaria y secundaria— como un todo, tratar de evaluar la pertinencia de los contenidos que se enseñan y mejorar el sistema a través del cual se otorgan y se adquieren los conocimientos.

“Tenemos que cambiar de un sistema de memorización a uno de análisis crítico. Esa es la discusión que se debe plantear. Es difícil, hay actores en el juego que reaccionan, pero me parece que es un debate que hay que ponerlo sobre la mesa. 

El mercado de trabajo corre el riesgo de polarizarse. Esto significa que propicia la creación de dos tipos de trabajadores: los de alta gerencia y los que desarrollan tareas no susceptibles de automatización, es decir tareas que exigen el uso del pensamiento crítico, la solución de problemas, la creatividad y la innovación, todas ellas asociadas con empleos de altos ingresos.

(De un reporte de Forbes y el Banco  Mundial)

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