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Rusia en México. López anfitrión
Esta semana se produjo una noticia que seguramente tendrá un importante eco en los meses venideros. No me refiero a la inesperada muerte de la vocalista de la banda “The Cranberries”, Dolores O’Riordan, la cual puso en estado de duelo a no pocos de los que pertenecemos al segmento poblacional de cuarenta y más. La sorpresiva partida de la intérprete de origen irlandés caló tan hondo, como las alarmantes revelaciones en torno a la supuesta intromisión del Kremlin en el proceso electoral mexicano para la renovación de la presidencia de la República. ¡Sí mamá! como lo lees, todo parece indicar que los rusos tienen un profundo interés en el futuro político de nuestro País.
La intervención de la Rusia de Vladimir Putin en los procesos comiciales de al menos una veintena de países es un hecho comprobado por servicios de inteligencia y profesionales de la información, o al menos así lo ha advertido en reiteradas ocasiones el General H.R. McMaster, identificado como el principal asesor de seguridad del Gobierno norteamericano. Por su parte, el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de los Estados Unidos hizo público un reporte en el que se analiza la estrategia, a través de la cual, el gobierno del país más extenso del mundo influye en elecciones ajenas con el fin de llevar agua a su molino.
Al respecto, cualquier persona en su sano juicio podría pensar que la teoría de marras es totalmente descabellada: ¿qué interés podría tener Rusia en la elección del presidente mexicano? “Al baile voy, me estoy vistiendo”, diría mi tía Paula.
Hace algunos días, el rotativo estadounidense “The Washington Post” publicó un artículo firmado por la periodista Frida Ghitis, titulado: “Un Candidato Presidencial Mexicano Está Obteniendo un Impulso Inesperado de Trump y Putin”. En la referida nota se afirma que de ganar “ya sabes quien” la elección mexicana, las relaciones de nuestro País con el vecino del norte se verían fuertemente alteradas e, indudablemente, se afectaría la cooperación entre ambas naciones, lo que podría derivar en un beneficio para Rusia. Con tal objetivo en mira, Putin podría ser un factor decisivo para impulsar la campaña del tabasqueño de apellido López, candidato eterno a la Presidencia. Según la mencionada periodista norteamericana, se prevé que los resultados electorales en estas tierras sean tan cerrados como los de las pasadas elecciones en los Estados Unidos y que, con un poco de ayuda de Rusia, el abanderado de Morena podría obtener la ventaja que requiere para —por fin— lograr su ansiado propósito. A esta conclusión se llegó después de observar que la cadena de televisión rusa RT, disponible en México, ha comenzado a dar una amplia cobertura a uno de los principales simpatizantes y portavoces de AMLO, John Ackerman, quien además es empleado del Russia Today, medio que es considerado el brazo propagandístico del gobierno de aquel país. Como si esto fuera poco, el señor Ackerman está casado, nada más y nada menos, que con Irma Sandoval Ballesteros, reconocida académica a quien López Obrador presentó como la posible titular de la Secretaría de la Función Pública, en caso de alcanzar el chabacano sueño de ocupar la principal silla de Palacio Nacional. Así las cosas, la brecha entre los intereses del gobierno ruso y la campaña del también llamado “Peje” parece acortarse.
Se dice que para la elección en los Estados Unidos los rusos desplegaron toda una estrategia digital con el fin de erosionar la discusión pública mediante la desinformación, produciendo así, confusión e irritación social. Aquí en confianza, en un país cuya población se informa principalmente a través de Fake News publicadas en las redes sociales, la supuesta maniobra rusa podría encontrar tierra fértil.
Lo irónico —para la periodista Ghitis— es que tanto Donald Trump como Vladimir Putin, cada uno buscando intereses divergentes, contribuyen al mismo resultado electoral en México, y concluye: “La decisión, por supuesto, depende de los votantes mexicanos. Ellos tienen que cuidar sus propios intereses. Pero ahora tienen que hacerlo con el perturbador conocimiento de que su destino está siendo influenciado no solo por los políticos de su vecino cercano en el norte, sino también por la proximidad digital de la brigada cibernética rusa”. Que Dios y “La Morenita” de la polaroid nos agarren confesados.
@Ivo_Garza