Usted está aquí
Schrödinger y la paradoja de la 4T
De acuerdo con la teoría cuántica, en la que debo adelantarles no soy ni siquiera un novato, las partículas cuánticas pueden existir en estados múltiples al mismo tiempo y colapsarse a uno u otro estado cuando interactúan con otras partículas. En 1935, el físico austriaco Erwin Schrödinger, tratando de explicar las leyes de la física que rigen la mecánica cuántica, diseñó lo que se conoce como un “gedankenexperiment”, experimento imaginario o del pensamiento que trataba de explicar algo que no es humanamente posible de observar. Este experimento se le conoce como “El gato de Schrödinger” o “La paradoja de Schrödinger” y consiste en imaginar que se pone a un gato vivo, un poco de sustancia radioactiva, un contador Geiger y veneno en una caja sellada que no permite al observador ver lo que sucede adentro de la caja sino hasta que se abre. Cuando la sustancia radioactiva se desintegra, se activa el contador Geiger y al activarse este se libera el veneno que es suficiente para matar al gato. La sustancia radioactiva se rige por las leyes de la mecánica cuántica y en todo momento tendrá la posibilidad de que se desintegre o no se desintegre, liberando o no radiación. Es decir, mientras no se abra la caja y se observe lo que pasó, el gato en teoría podría estar vivo y muerto al mismo tiempo, creando una paradoja. Usted y yo sabemos que fuera de la física cuántica las cosas no funcionan así y el gato está vivo o está muerto, pero el experimento ayudó a aterrizar en cierta forma el funcionamiento o la lógica de la mecánica cuántica, donde aún ahora, 85 años después de Schrödinger, sigue habiendo mucho por entender.
¿Qué tienen que ver Schrödinger y su paradoja con México y la 4T? Tal vez nada, aunque me topé con una referencia al gato de Schrödinger hace unos días y por algún motivo pensé inmediatamente en el experimento en el que se ha convertido México y los mexicanos. Desde hace años y con la 4T aún más, parecemos vivir múltiples paradojas. Somos ricos, pero tenemos 50 millones de pobres. El petróleo es nuestro, pero se maneja como un impuesto al ciudadano. Nos urge crecer, pero no hay incentivos ni condiciones para ello. Queremos acabar con la corrupción y la impunidad, pero no caen peces gordos. Queremos ser modernos, pero traemos fórmulas y funcionarios de hace 40-50 años. Tenemos un gobierno que se sigue comportando como oposición, especialista en el autogol. Queremos un gobierno sensato y sensible, que es adicto a las focas aplaudidoras. Tenemos “opositores” que fueron dueños del balón, el árbitro, jugaban de locales y no sacaron ni el empate; peor aún, de pronto se saben todas las fórmulas para el éxito, mientras que cuando pudieron y debieron, no quisieron ni supieron.
No es difícil pensar que somos en realidad un “gedankenexperiment” de AMLO y la 4T, con las múltiples dudas (y miedos) que eso implica, cuando vemos a los personajes que rodean al presidente y la aparente incapacidad que tiene para buscar reconciliación y para poner orden incluso dentro de su corral. Así, nos quedan 5 años de experimento en el que usted y yo somos el gato; AMLO es un Schrödinger que no entiende nada de física cuántica, aunque sabe manejar datos alternativos; la sustancia radioactiva es el discurso divisivo del presidente; el contador geiger son los medios y las redes sociales; el veneno son las políticas e ideologías izquierdosas más rancias (nivel Yeidckol) que pudiera implementar el gobierno de la 4T; la caja es México; de acuerdo con los opositores de la 4T somos Venezuela y de acuerdo con las focas aplaudidoras de la 4T somos prácticamente Suiza. Llevamos un año en la caja y aunque el gato sigue vivo, existen dudas razonables de cómo aguantará los siguientes cinco. En 5 años abriremos la caja y veremos en qué condiciones quedó el gato. Mientras tanto, la caja está técnicamente cerrada y seguiremos teniendo que navegar los datos alternativos, casi cuánticos, del señor presidente y de la oposición. Seguiremos siendo parte de una paradoja.
josedenigris@yahoo.com
@josedenigris