Se los dije…

Usted está aquí

Se los dije…

Gracias por leerme y atender estas letras. Habiendo tantas cosas interesantes que leer, agradezco que usted se detenga en mis textos y los disfrute. Espero usted los disfrute tanto como yo al escribirlos. Siempre que un ser humano, usted el cual me lee, me comenta de uno de estos textos que publico en varias revistas, periódicos como VANGUARDIA y en otras plataformas digitales, siempre que usted me comenta de uno de estos hijos salidos de mi pluma, me siento complacido y sí, mi labor se cumple perfectamente. Si se está a favor o en contra ese no es el caso. La médula de la cuestión es que usted tome de estos lo que quiera, deseche el bagazo y se forme su opinión, que al final de cuentas es lo más importante. No quiero convencer a nadie con mi informe. Así de sencillo y franco soy siempre.

Lo voy a dejar por escrito una vez más, gracias por leerme y atender estas letras. Hace poco y en un merendero de la localidad un atento lector, como usted el cual me favorece, se acercó para saludarme y comentarme de un par de textos aquí publicados titulados “¿Ustedes quieren irse?” Este díptico fue editado aquí mismo en septiembre y octubre del año pasado, El par de columnas se referían a la necesidad imperiosa de los humanos a inventarse dioses, a creer en una piedra, en un brujo, en una hechicera, en un salvador del mundo, en una secta. En ese par de textos desplumé la cuestión y fue el liminar para advertir de un juicio que se iniciaba en ese entonces en una Corte gringa: se había detenido en México al “gurú espiritual” Keith Raniere, acusado de “esclavitud sexual” y otras linduras, el cual tatuaba a sus esclavas sin anestesia y a las cuales les obligaba a tener relaciones sexuales y protagonizar videos de todo tipo. Involucrados y en la investigación federal de Estados Unidos en Nueva York (Secta NXIVM que prometía “empoderar a la gente”), aparecieron hartos mexicanos vinculados, como Emiliano Salinas, Edgar Boone, Rosa Laura Junco, Fabiola Sánchez de la Madrid, Ana Cristina Fox… Pues sí, un par de buenos lectores se acercaron para recordarme de este díptico y me espetaron: “Usted tenía razón”.

El año pasado en el par de texto, en las famosas “letras minúsculas” así lo dejé escrito en octubre: “Si tuviese dinero, infraestructura y tiempo para investigar, le presentaría el brazo ejecutor mexicano. De miedo”. En ese entonces, pocos diarios mexicanos estaban haciendo eco de este caso. Lo que escribí en ese momento, el año pasado, lo leí en coberturas de diarios de España y lo poco o mucho que sé traducir del idioma inglés. Pero con tiempo, mucho tiempo le advertí de este escándalo y de lo que se veía venir en el firmamento político y empresarial. Incluso, en el ambiente del espectáculo, oropel y lentejuelas que al final de cuentas es el mismo que la política. Hoy, la cobertura es brutal y se agregan nombres, páginas y declaraciones a un caso terrible. 

ESQUINA-BAJAN

Nos inventamos dioses y demonios. Desde siempre. El sabio Thomas Hobbes así lo dijo en su obra por todos conocida, pero poco leída, “Leviatán”: “El temor de las cosas invisibles es la semilla natural de lo que cada uno llama para sí mismo religión”. Y si hay religión hay la dualidad siempre funesta de bondad/maldad. Héroes y villanos, dioses y demonios. En la India, 600 años antes de Cristo, se lee: “Hay mundos poseídos por demonios, regiones de total oscuridad”. Pero, como al final de cuentas en este lado del orbe, somos cristianos, lo que más prevalece es precisamente lo anterior, debatirnos entre dioses y demonios. Así nos han enseñado desde pequeños. Así les seguimos enseñando a los niños en formación.

Pero no pocas veces los adultos son niños guiando a niños en formación: un desmadre. La humanidad (una gran porción de ella) hoy es más inmadura; la gran mayoría de esta población cree en lo siguiente y se deja llevar por los siguientes eslóganes: “Le planeamos la boda de sus sueños”, “Le tenemos la mejor playa para las mejores vacaciones de su vida”, “No más experimentos. Nosotros le organizamos su dieta”, “Póngase en manos de expertos, nosotros le decimos en qué invertir su dinero”. “Pare de sufrir”, “Nosotros le guiamos al verdadero Dios”. Los anteriores letreros son letras reales que pululan en medios de comunicación y anuncios urbanos. De lo anterior al siguiente eslogan, sólo hace falta un paso: “Nosotros le decimos qué pensar”. De hecho, es lo que hacen esos charlatanes del “Coaching”, con certificados en superar pérdidas (lo que eso signifique), expertos en comunicación asertiva, superación personal, doctos en empoderar a los hijos, primos, nietos, abuelos, madres y un etcétera demencial.   

¿Le suena conocido lo anterior? Pues sí, es lo que está pasando en el juicio al “gurú espiritual” Keith Raniere en Estados Unidos y su secta NXIVM y es justo lo que ahora está en el ojo del huracán: la detención también en Estados Unidos de otro “gurú iluminado”, Naasón Joaquín García, líder de la Iglesia “La Luz del Mundo”, quien está imputado por al menos 26 delitos de abuso sexual, pornografía infantil, violación y trata de blancas. Otro escándalo donde se involucra a políticos de todo tipo de pelaje. Van algunos retratados recientemente con él y en sus reuniones: Margarita Zavala (ex panista), Sergio Meyer (Morena), Martí Batres (Morena), Jaime Rodríguez (“independiente”, lo que eso signifique), Mario de la Rosa Moreno (alcalde de Amozoc por parte de Morena, integrante de la Iglesia), Kheila Ku Escalante (Diputada federal por Movimiento Ciudadano) y un largo etcétera.

LETRAS MINÚSCULAS

Y sí, falta la pinza local, no pocos integrantes de la plutocracia y panismo estatal abrevaron de la “sabiduría” del gringo Keith Raniere. Pura gente “respetable” pues. Se los dije… y con mucho, mucho tiempo.