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Se solicita Gobierno decente
Se llegó el día de elegir a 18 mil 299 ciudadanos a lo largo y ancho del país. De presidente hasta diputados locales. Hay un padrón electoral de poco más de 89 millones de mexicanos; cerca del 14 por ciento (unos 13 millones) votarán por primera vez; casi 3 de cada 10 son menores de 30 años; y unos 15 millones (casi 17 por ciento) tienen 60 años o más. Contaremos con alrededor de 1.4 millones de funcionarios de casilla que atenderán más de 156 mil casillas y habremos escuchado y visto (bueno, no necesariamente) alrededor de 60 millones de spots. Sí, 60 millones de spots desde el inicio de las precampañas el 14 de diciembre, hasta el fin de las campañas el pasado miércoles 27 de junio. Es decir, en 195 días de proceso, los partidos, candidatos y autoridades habrán emitido unos 300 mil spots cada día, más o menos 212 por minuto. Tengo la esperanza de que los ciudadanos saldrán a votar en una proporción aún mayor al 63 por ciento del padrón que votó en 2012 y probablemente en esta elección haya más de 60 millones de votos para la elección de presidente, casi 10 millones más que en 2012.
Todos estos números cuentan parte de la historia. Cada vez más, los días de elecciones federales son fiestas cívicas con una gran mayoría de ciudadanos bien intencionados y unos pocos (cada vez más rechazados) que tratan de lucrar con la necesidad de la gente para llevar agua (votos) a su molino. Espero que, independientemente del resultado, seamos capaces de despertar el lunes conscientes de que elegir un funcionario, desde el presidente de la república hasta el diputado local del distrito más pequeño, es solamente un pequeño paso para administrar a un país y no significa un acto mágico en el que las personas electas por sus pares se convertirán en la solución inmediata a nuestros problemas. Sí, debemos elegirlos y después acompañarlos, exigirles, apoyarlos. Esos poco más de 18 mil ciudadanos, como usted o como yo, con ideas, propuestas, historias, experiencia y edades diversas representan menos del 0.02 por ciento de la población del país y no podemos dejar solamente en manos de ellos el destino del país. Tendremos que seguir haciendo nuestra parte y sería ridículo, además de injusto, pedir que unos cuantos carguen con la responsabilidad de mejorar a México. Aun cuando hubiéramos tenido la fortuna de que fueran los más capaces, inteligentes, experimentados y bien intencionados de los mexicanos, no sería suficiente. Podemos estar seguros de que entre ese grupo de personas que se elijen este 1 de julio habrá de todo. Desde agradables sorpresas positivas hasta grandes decepciones, es natural.
Lo que sí podemos pedirles el día de hoy es que esa inquietud de servir a su distrito, municipio, estado o país sea con un mínimo razonable de decencia en las funciones que desempeñarán. Los ciudadanos debemos comprometernos a apoyar a cualquier funcionario que sea electo el día de hoy, independientemente del partido que lo postule, siempre y cuando se conduzca con decencia, es decir, honesto, justo, digno, honrado, recto. Al mismo tiempo, debemos comprometernos a señalar y exigir castigo para aquel que no se desempeñe con ese mínimo de decencia que nos urge.
Creo firmemente que la muestra que pongan esos 18 mil candidatos que sean electos hoy determinará en gran parte el comportamiento de millones y la posibilidad de que existan cambios positivos en nuestro país. Nos urge un mínimo de decencia en la función pública, pero también en cada uno de nosotros.
@josedenigris