Pese a que puso la integridad de una familia en riesgo y que varios testigos lo hundieran con sus declaraciones, un taxista se negaba a aceptar su culpa tras causar un accidente que dejó cuantiosos daños materiales.

Cerca de las 12:30 horas, un Nissan Tsuru, con placas 3835CUD, se desplazaba a exceso de velocidad por la calle Presidente Cárdenas, pisando aún más el acelerador cuando vio que el semáforo en el cruce con Xicoténcatl estaba cambiando de verde a ámbar.

No obstante, cuando rebasó el arbotante ya tenía luz roja, golpeando en su costado izquierdo a una camioneta Ford Escape que era tripulada por una mujer y varios de sus familiares, quienes quedaron golpeados.

El choque proyectó la camioneta, haciéndola girar 180 grados para terminar subiéndose a la banqueta en la esquina nororiente del mencionado cruce, acudiendo de inmediato las asistencias médicas.

Elementos de la Cruz Roja se encargaron de valorar a los pasajeros de la camioneta, determinando que, pese a las lesiones, no requerían de un servicio de urgencia para ser llevados a un hospital.