Seguridades falsas

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Seguridades falsas

Aquí está este talismán.

Por acá estas barajas que anuncian lo que pasa y lo que va a pasar. Aquel brebaje es para darte poderes que no tienes. Esta pulsera, este anillo, esta barrida, este sahumerio, esta práctica esotérica. Estas piedras que tienen energía. Candelas y jeroglíficos que atraen protección o rechazan asechanzas. 

El empavorecido paga lo que le pidan por estos placebos, objetos sacralizados, la ignorancia, la ingenuidad, la desesperanza, la desilusión, la depresión y la carencia de autoestima se tragan carnada y anzuelo. Hasta personas con estudios universitarios, gente bautizada y con barniz superficial de una incompleta formación en la fe se suman a las veces a la clientela de estas corrientes que cobran por ofrecer falsas seguridades.

Se utilizan con profusión los recursos mediáticos. Imagen y sonido embarran mensajes en oyentes y espectadores que no parecen tener algo valioso en que concentrar su atención. En épocas de adversidad aumenta el número de estas ofertas supersticiosas. Son como trampas en que caen muchos incautos.

Se crean dependencias fomentando nuevos temores y exigiendo mayor paga a cambio de prácticas que se presentan como más eficaces. Hay ofertas itinerantes o campañas de proselitismo y de invitación. De venta intensiva.

El pueblo sencillo, en caso de necesidades de salud, puede escoger caminos muy aceptables. La herbolaria mexicana, desde los antiguos descubrimientos de las etnias, ha catalogado un gran elenco de hierbas medicinales. Han sorprendido a médicos también los sabios métodos que aplican las comadronas indígenas en su atención a las parturientas.

 Pero también se recorren sendas de credulidad y ciega obediente a ese mundo imaginario que los engaña y los exprime. 

Una iluminadora educación popular podría dar el discernimiento para distinguir lo que es un recurso natural aprovechable y una práctica efectiva de aquello que busca sólo un lucro fácil en etapas de inseguridad, aprovechando y acrecentando temores.

Los medios podrían, cuidando su propio prestigio, tener filtros. Podría así incluirse o excluirse de sus progamaciones y publicaciones esos bien pagados tiempos y espacios utilizados para difundir lo inconsistente... como si fuera una panacea... 

Así como circulan billetes falsos andan por ahí circulando muchas falsas seguridades. Un buen discernimiento puede defender de credulidades que quieren sustituir la fe con  prácticas ineptas para cumplir lo que prometen.