Andrea Legarreta es una mujer muy inteligente. Y, antes de que miles de personas se indignen y lo nieguen recordándome el incidente de “el alza en el precio del dólar no afecta a los mexicanos” lo cual, por cierto, fue solamente un texto que la conductora leyó palabra por palabra en el famoso “prompter”, permítanme recordarles que ella es la única que se ha mantenido por dos décadas enteras trabajando de lunes a viernes por las mañanas en un canal de televisión abierta con cobertura nacional antes y mucho más internacional ahora gracias a las redes sociales.

En estos tiempos en los que la televisión tradicional vive momentos muy difíciles en cuanto a sus niveles de audiencia y batalla más que nunca para la venta de sus espacios publicitarios, la Legarreta sigue tan campante no solamente trabajando en la conducción del programa Hoy, sino que también sigue siendo imagen de muchos productos comerciales y a lo largo de los años ha combinado todo esto con la actuación. Por si esto fuera poco, sigue casada con “el timbiricho” Erik Rubín con quien formó una familia junto a Mía y Nina, las hijas de ambos.

Ahora bien, esa permanencia también tiene que ver con su capacidad de mantenerse físicamente impecable. A sus 46 años de edad, sigue presumiendo una figura muy esbelta, un par de piernas espectaculares y un rostro todavía libre de procedimientos extremos, de esos que las dejan irreconocibles. ¡Bien por ella! Sin embargo, hace unos días, Andrea hizo algo en sus redes sociales que, si bien le dio la publicidad que seguramente buscaba, también lanzó un par de dudas respecto a las razones que tuvo para hacerlo.

Resulta que la hermosa conductora publicó una fotografía de si misma en la que aparece vestida solamente en lo que podría ser un corsé o un ajustado y breve vestido, sentada en una habitación iluminada solamente por una lámpara de piso. En esta foto luce sus atributos de un modo sutil pero certero, proyectando una imagen sumamente sensual. Y la acompañó con una frase que pareciera ser una reflexión: “Dicen que todos necesitamos ese momento de oscuridad para ver qué es lo que realmente brilla en nuestras vidas…”

Y ahora me pregunto ¿qué es lo que relmente brilla en la vida de Andrea Legarreta? ¿Su envidable figura? En realidad creo que ella está viviendo una crisis desde un par de frentes. Por un lado, la encarnizada competencia en lo que queda de la televisión, pudiera hacer que una mujer que se acerca velozmente al medio siglo de vida, sienta la obligación de lucir perfecta. “A mi las veinteañeras principiantes, me hacen los mandados” podría ser el mensaje que deseperadamente estuviera tratando de enviar al mundo.

Pero también pudiera ser un guiño a su pareja. Érik y ella están casados desde el año 2000 y esto es muy raro, no solamente porque ambos son figuras del mundo del espectáculo, sino porque el integrante de Timbiriche es un conocido “donjuán”. ¿Se acuerdan del famoso pleito de Alejandra Guzmán que le cantaba “Hey güera” a Paulina Rubio quien le contestaba con el tema “Mío”? ¡Se estaban peleando por Érik Rubín! Fuentes muy cercanas afirman que este seductor es muy generoso con las damas en la intimidad. ¿Será que Andrea y Érik tengan un acuerdo? Ojalá asi sea. Sería muy contemporáneo e inteligente de su parte.

El rey Felipe VI de España cumplió 50 años de edad el pasado martes 30 de enero. Y para celebrarlo decidió hacer una ceremonia para otorgar oficialmente el Collar del Toisón de Oro, la condecoración más alta de su país, a su hija Leonor la princesa de Asturias. La niña de 12 años sorprendió al mundo con su estoicismo, dignidad y simpatía en lo que fue el primer acto oficial de su vida en la que está destinada a ser reina de España. Sólo Isabel la Católica, Juana I de Castilla e Isabel II han sido reinas por derecho propio de aquella nación europea. Y como a los americanos nos encanta la fantasía y el protocolo de historias como ésta, la ceremonia fue seguida en redes sociales con fervor, aunque muchos lo nieguen preguntando “¿La princesa de qué…?”