Servicio médico: no es asunto de comparaciones

Usted está aquí

Servicio médico: no es asunto de comparaciones

“Todos los sistemas de salud en México como el ISSSTE y IMSS, y en el caso de nosotros tiene ese pequeño detalle del desabastecimiento de medicamentos. No somos el único caso, evidentemente a nuestros compañeros están cerca y aunque han aportado durante toda la vida ese recurso ha servido para los servicios médicos”.

La frase fue pronunciada por Iván Eduardo Rodríguez Medina, secretario particular de Xicoténcatl de la Cruz, líder de la sección 38 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, para “explicar” la razón por la cual el servicio médico que administra el sindicato magisterial en Coahuila padece las deficiencias denunciadas por su derechohabientes.

La declaración del funcionario retrata de cuerpo entero la posición de la dirigencia sindical del SNTE en relación con los derechos de sus agremiados: mientras existan ejemplos contra los cuales puedan compararse, no importa si la situación actual del servicio médico implica un incumplimiento en las obligaciones del mismo.

A nadie puede extrañarle, por supuesto, que la dirigencia sindical del magisterio adopte una posición como la reflejada en las declaraciones de Xicoténcatl de la Cruz, pues en términos del sistema de seguridad social del magisterio coahuilense, el sindicato magisterial actúa en realidad como patrón y no como defensor de los derechos de su gremio.

En efecto, la dirigencia del SNTE no tiene más remedio que “defender” el desastre que constituye el servicio médico de la Sección 38 —así como el sistema de pensiones y el programa de vivienda— porque tal desastre es, en esencia, responsabilidad suya.

Refugiarse en el señalamiento de que “todo mundo está igual” constituye uno de los pocos resquicios que le quedan a la dirigencia sindical frente a la auténtica avalancha de quejas que les inunda y no hace sino retratar cotidianamente la crisis profunda por la cual atraviesa un modelo de seguridad social que en algún momento fue considerado deseable.

Pero mientras la dirigencia del SNTE se refugia en declaraciones simplistas, la crisis no hace sino agravarse cotidianamente, pues los errores administrativos, así como la corrupción que ha caracterizado la actuación de la dirigencia sindical del SNTE, le están pasando la factura a todos los derechohabientes del servicio médico.

El plantón permanente que mantiene un grupo de profesores jubilados y las quejas que cotidianamente se registran en las instalaciones del servicio médico no son sino consecuencia del fracaso absoluto de un modelo que no fue pensado para garantizar derechos, sino para garantizar el control político de los trabajadores de la educación.

La respuesta fácil frente a tal realidad es, por supuesto, que todos los sistemas de salud “tienen problemas”. La respuesta inteligente sería reconocer que el modelo no da para más y que es necesario reconocerlo para comenzar a diseñar e implementar las soluciones que le urgen.