Siento que escribo con una pistola en la cabeza: Cynthia Valdez

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Siento que escribo con una pistola en la cabeza: Cynthia Valdez

Foto: Especial
Esta periodista de Sinaloa, ha recibido amenazas de muerte de ‘Los Chapitos’, y de un ‘colega’

CDMX.- La periodista intenta engañar a los enviados del Cártel de Sinaloa. Les oculta dos paquetes del periódico impreso La Pared Noticias, que contiene la entrevista con Dámaso López Núñez, entonces jefe del grupo de Los Chapitos, que disputan el liderazgo de la organización criminal.

Los jóvenes le reclaman los ejemplares restantes de la edición del 21 de febrero de 2017. Cynthia Valdez García, codirectora de La Pared Noticias, con sede en Culiacán, Sinaloa, lugar de origen de la organización criminal, claudica y los entrega. Le angustia que los delincuentes posean información editorial: cuántos ejemplares imprimen y en qué imprenta. La tenían vigilada.

Es la primera amenaza que recibe del Cártel de Sinaloa. En los siguientes tres meses acumula intimidaciones. Es hostigada por otro emisario, director de un medio de comunicación de la misma localidad. La exigencia de no publicar información viene acompañada de la amenaza de muerte. Valdez García está en el fuego cruzado de la guerra interna que registró el cártel en 2017, luego de la extradición de su líder Joaquín El Chapo Guzmán a Estados Unidos. “Siento que estoy escribiendo con una pistola en la cabeza”, expresa.

Valdez García recibe la advertencia final el 15 de mayo de 2017, cuando asesinan en Culiacán a su colega Javier Valdez Cárdenas, al salir de la redacción del semanario Ríodoce. Piensa que los criminales van a silenciarla. Decide escapar de sus agresores. Dos días después, toma un vuelo con su esposo y deja a sus tres hijos con su familia. No sabe cuándo volverá a verlos.

En México hay al menos nueve mujeres periodistas en desplazamiento forzado y tres más exiliadas, considera Adriana Ramírez Vanegas, responsable de Redes de Periodistas, Libertad de Expresión y Género de Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC).

Detalla que los agresores son principalmente alcaldes, gobernadores, servidores públicos y miembros del crimen organizado, quienes las obligan a abandonar su profesión, casa, familia y amigos.

Durante las administraciones de Felipe Calderón y Peña Nieto, del 1 de diciembre de 2006 al 30 de noviembre de 2018, CIMAC contabilizó 553 casos de violencia contra mujeres periodistas. Seis fueron feminicidios, precisa el informe del organismo no gubernamental Mujeres desplazadas. Herencia de un sexenio: simulación y desplazamiento, violencia contra mujeres periodistas 2012-2018.

Las principales formas de violencia son los actos de intimidación, con 19.56 por ciento del total; amenazas, con 13.39 por ciento; hostigamiento, con 11.51 por ciento; agresiones físicas, con 10.15 por ciento; bloqueo informativo, con 8.69 por ciento; campañas de desprestigio, con 7.22 por ciento, y el uso desproporcionado de la fuerza pública, con 6.28 por ciento. Estas agresiones son consideradas como ataques contra la libertad de expresión.

Ramírez Vanegas resalta que el desplazamiento forzado afecta el entorno de la periodista y el de su familia. “Las consecuencias son en todos los niveles de vida. Es una decisión muy complicada porque tienen que cortar todas las relaciones, desde su familia, todo.

Dos años viviendo en una ciudad ajena

Hace dos años que Cynthia Valdez está refugiada en una ciudad ajena. La vida transcurre diferente a lo acostumbrado. No siente el ajetreo de la cobertura de información, o la cercanía de su familia y amigos.

En lo personal, ha lidiado con la secuela sicológica que le dejó el hostigamiento. Como esposa y madre, se ha culpado por los reclamos de su esposo y tres hijos que quieren regresar a casa. “No sólo somos periodistas, somos madres de familia. Necesitamos un apoyo integral para nuestros hijos porque aquí el principio que se está violando, y que es un derecho primordial de los niños, es la educación y el mecanismo no te proporciona eso porque dentro de la ley argumentan que no les compete”, señala.

Está cansada de que la llamen desplazada. También quiere complacer a su familia y volver a casa, aun cuando sus hostigadores vivan en Culiacán.

“El mecanismo no sabe cómo hacerlo, no tienen un plan de retorno, porque para empezar no presenté denuncia y, obviamente, no hay persecución de los agresores. Es gente que está en una esfera muy alta del Cártel de Sinaloa y es muy difícil que la agarren. Mi propuesta fue dejar el periodismo por lo menos unos años, porque disminuye el riesgo que tengo”, plantea.

—¿Qué has pensado?, ¿qué vas a hacer al regresar?

—Dar clases, o algo así. Lo que quiero es un curso de inglés para hacer una maestría, sacar mi título y dar clases o hacer otra cosa completamente diferente, porque no hay garantías, me dicen: `te vamos a poner medidas de protección allá´. ¿Sabes cuáles son esas medidas? Pinche botón de pánico, alambres de púas en tu casa y cámaras. Es todo. Y dices: “¡No mames!”.