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Siglo en mayoría de edad
Después del largo puente, la famosa cuesta.
Después de altibajos de congelación e hipotermia, con engañosas asoleadas de invierno, se estrena la novedad del año en estreno, con temperaturas alrededor de cero.
La gente todavía se equivoca al escribir el número correspondiente al año y sigue trazando siete en lugar de ocho. Pero ya está aquí el cacareado año electoral. Habrá tsunami radiofónico de mensajes repetitivos y las salpicaduras de campaña llegarán a todos los medios. Se acaban los recalentados y vuelve el ritmo de los horarios habituales. La tarjeteada navideña y los meses sin intereses empiezan a exhibir que los pies se extendieron más allá de la cobija.
La cadena festiva fue desgranando sus eslabones y queda solo esta fría ascensiòn de carestías y pagos pendientes. El espíritu norteño parece crecerse en los retos y cuando tiene rienda corta es cuando empieza a trotar. Con entusiasmo deportivo se reasumen tareas y se reemprenden procesos interrumpido
Es año de ciudadanía. No pocos se capacitarán para que los sufragios puedan garantizar rectitud y legalidad... Muchos, por encima de partidarismos, lograrán capacidades para hacer caminar sin tropiezo a las candidaturas independientes. Se requerirá una observación exigente con dentadura suficiente para no permitir abusos.
La tendencia politizadora buscará invadir todos los ambientes, niveles y espacios y se requerirá discernimiento para solo admitir las palabras apoyadas en hechos. El embaucamiento y la manipulación solo podrán estrellarse contra. Una muralla de madurez cívica inteligente y organizada.
En otros campos, uno espera que las dependencias se vayan convirtiendo en desarrollo libre. En una globalización de solidaridades, no en zonas geoplolicas que equivalen a un colonialismo. Los paternalismos económicos han de ceder el paso a la madurez autosuficiente y adulta, que ya no necesita andaderas ni andamiajes.
La libertad de expresión y de creencia requerirán una garantía mayor para no sofocar derechos ni vìctimar la crítica constructiva. Con una educación en que nadie pretenda dar lo que no tiene, los métodos participativos acentuarán la colaboración y no sólo la competencia.
El siglo veintiuno entra en su mayoría de edad, después de una adolescencia de intimidaciones y sustos, de rupturas y pavoneos. Esperemos que estos dieciocho años que lleva de ser siglo, lo haga responsable de un tercer milenio sano y equilibrado. Podrá así enfrentar sus verdaderos retos generalizados: la crisis ecológica, el desarrollo de las neurocienias que pueden deshumanizar al hombre, el desafío de un relativismo teórico y práctico.junto con las desigualdades sociales y las migraciones de pueblos enteros.
La fe sin deformaciones acentuará la imagen de un Dios que salva con misericordia y nos hermana como una familia que peregrina hacia un hogar definitivo de plenitud externa...