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Sin duda, las circunstancias
Para los que están cambiando para bien
En plena Semana Santa, la mayoría de las personas en nuestro País están de descanso y en cierta manera en las celebraciones religiosas. En este contexto me pregunté ¿y de qué escribiré este Viernes Santo? Para el texto de hoy, 25 de marzo de 2016, decidí tratar sobre las circunstancias que he vivido en los últimos seis meses, desde mi cotidianidad. No digo “mi realidad” porque, como comentó el escritor ruso Vladimir Nabokov, la realidad es un asunto muy subjetivo: “Uno puede acercarse mucho, muchísimo, a la realidad, pero nunca llega a estar lo suficientemente cerca, porque la realidad es una sucesión infinita de pasos, de niveles de percepción, de dobles fondos, y como tal es inagotable, inalcanzable”. Diría pues, que la realidad es asintótica, que nos acercamos de continuo a la realidad, sin llegar a ella. Ni tampoco la taza de café que me acerca a construir una amistad, me sirve para llegar al fondo de la realidad.
Hace seis meses, el 24 de septiembre de 2015, en la UAdeC, reconocimos a la exministra de la SCJN, Olga María del Carmen Sánchez Cordero, otorgándole el Doctorado Honoris Causa. Y ayer, 24 de marzo, fue Jueves Santo. En este periodo las circunstancias electorales se muestran sorprendentes. En junio de este año, habrá contienda en 12 entidades federativas. Los partidos políticos ya tienen listos sus candidatos. Las circunstancias en relación con el voto han cambiado drásticamente. Desde la desaparición de los estudiantes el 26 de septiembre de 2014 en Ayotzinapa, Guerrero, el descreimiento en las instituciones ha crecido. La última vaca sagrada de la democracia representativa: el voto, es cada vez más inestable e irracional, cada día se divide más. La encuesta electoral de Consulta Mitofsky, realizada del 12 al 14 de febrero de este año, nos muestra las circunstancias actuales sobre las preferencias de los ciudadanos: PRI 22%; PAN 15%; PRD 10%; Morena 8% y la figura del candidato independiente 3%. Estas referencias corren la cortina del reparto del voto, ahora, entre cinco opciones, antes era entre tres.
Otros acontecimientos en estos seis meses, sin duda sorprendentes, han sido las dos nevadas que hemos contemplado con gran asombro el 27 de enero, y el 10 de marzo de este año en Saltillo. Amanecimos con las montañas nevadas. Ese día después de asistir a una reunión con los responsables de los archivos de las diferentes dependencias públicas en el Hotel Double Tree Suites, con agradable sorpresa descubrí la blancura de las partes altas de las sierras. Sin duda, las circunstancias climáticas están cambiando y las apreciaciones de estos acontecimientos van de acuerdo al cristal a través del cual miramos cada uno de nosotros. Al siguiente día, 11 de marzo, todavía pude contemplar, al llegar a Torreón, la parte más alta de la sierra de Jimulco, nevada. Su blancura reflejaba unos rayos de luz deslumbrantes. Para unos. estos rayos nos conceden la posibilidad de apreciar en su máxima dimensión el espectáculo; para otros, el reflejo los “lamparea”. En inicio de la primavera, escribo este texto con la chimenea encendida en mi domicilio de Saltillo.
Entre otros acontecimientos, la visita del Papa Francisco a México, deja muy claro que cuenta con un proyecto de cambio, que avanza, se percibió fuerte y decidido a continuar, y sigue ganando la confianza de la gente. Sus mensajes son contundentes, conectan con la mayoría de dentro y fuera de la Iglesia Católica. Los mexicanos fuimos testigos de su personalidad, sencilla, pero fuerte. Contrasta con el anquilosado aparato burocrático de la Iglesia. Sin duda las circunstancias corren a su favor, porque los vientos actuales exigen cambios. Los feligreses desean que una institución con muchas inercias y con una cultura difícil de cambiar se transforme. Las circunstancias actuales abonan a los cambios, el Papa así lo entiende. Los sectores más atrasados de la Iglesia jerárquica se aferran a sus posiciones y el Papa los critica porque solo se “ocupan de los intereses del Vaticano y olvidan el mundo que los rodea”.
Las circunstancias en el mundo, en nuestro País y en el Estado están cambiando muy rápido y nosotros debemos tener capacidad para aprovecharlas para beneficio de las mayorías. Sin duda, los acontecimientos de tan solo estos seis meses cambiaron muchas vidas, en los diferentes terrenos.