Sin héroes

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Sin héroes

Días aciagos se abaten sobre México y su gente. Contra el balazo de un Twitter de 140 caracteres de un descodado Donald Trump, se hace clara la debilidad de un Presidente. 

Sí, el nuestro, Enrique Peña Nieto. Primero fue la filtración de una llamada entre ambos mandatarios, donde un arrogante Trump liquida al mexicano, nos pone como siempre, de rodillas. El muro ya camina, se va erigir como la división entre un Estados Unidos seguro, opulento y casi perfecto, en contra de los rudos mexicanos, a los cuales nos sigue tildando de ladrones, violadores, drogadictos y contrabandistas.

Y para nuestra desgracia, el presidente Peña no da una. Su equipo de comunicación oficial, no obstante sus doctorados y maestrías, no da una. Ya parecen discípulos de extracción panista, ayudantes de Josefina Vázquez Mota (de derrota en derrota, primero la asesoró Dick Morris y perdió la Presidencia de la República. Ahora, al parecer, la asesoró el ibérico de Antonio Solá y volvió a perder, y de fea manera la gubernatura del Estado de México) o de “Chilote” López Villarreal (aquí hay varios asesores regios de poca monta, entre ellos, Heriberto Medina, otrora “aguerrido” reportero de un periódico regio, que dejó viudas a puños). 

Decía que el equipo de Peña, al parecer, fue educado por panistas. Recién habían publicado una fotografía del Presidente y el gobernador Manuel Velasco en una gira por Chiapas, acompañados por el cantante de baja estofa, Julión Álvarez, justo la publicitaban cuando el Gobierno gringo les contestó haciendo pública una investigación y la estructura clientelar de una red de posible lavado de dinero encabezada por Raúl Flores y como brazos ejecutores al futbolista Rafael Márquez (harto conocido en España y México, incluso, tiene la nacionalidad española) y sí, también figura el cantante Julión Álvarez. No hay para carne y cuando hay es vigilia. 

Somos el hazmerreir del mundo. Y lo somos porque una y otra vez se cumplen los dardos envenenados que nos ha enderezado el deslenguado Donald Trump. Lo peor, le seguimos dando de qué hablar. Y lo anterior ha pegado duro en un País habituado a la chacota y a ver partidos de soccer donde México una y otra vez pierde o empata con países, en teoría, inferiores a nosotros en semejante juego rudimentario y primitivo (a Juanito Villoro le gusta tanto, quien escribe sentidos elogios de tan arcaico entretenimiento). Sin asideros, los mexicanos son niños sin guía, camino o senda a transitar. Los mexicanos buscan ídolos donde se pueda. Si no hay, los inventan. O las dos cosas a la vez.  

ESQUINA-BAJAN

Es el caso de jugadores (Rafa Márquez, el cual recibió 4 millones de dólares en efectivo como “donación” en los últimos seis años de funcionamiento de sus diversas asociaciones), es el caso de “ídolos morales”, como el monje mediático Raúl Vera López (acusado de encubrir a sus curas pederastas), es el caso de periodistas como Carmen Aristegui (que basa sus investigaciones en las fotografías que publican y a raudales, revistas como Hola! y la inconmensurable TV y Notas)… El País necesita ídolos, tótems, guías. Vaya, necesita de caciques y hombres fuertes y poderosos como los Moreira en Coahuila, los cuales no fueron echados de sus aposentos romanos cuando todo estaba listo para ello. Y claro, por eso el barbilindo de Guillermo Anaya nunca va a ganar: por tibio, pusilánime y timorato, al cual le hace falta ese producto ausente en la canasta básica del coahuilense promedio: huevos. 

Leo mi opúsculo de oraciones y reflexiones. Uno de tantos que siempre tengo a la mano en las noches más altas y junto a mi mesa con un vaso old fashion, una licorera con ron blanco y mi lámpara de lectura. Es el “Kempis”, es “Imitación de Cristo” de Tomás de Kempis. En su capítulo VII ayer leí: “Vano es el que pone su esperanza en los hombres…”. Sabio el tipo. Pues sí, no hay esperanza en un humano. Temprano y no tarde, caemos en yerros, actitudes de soberbia, vanidad, riqueza y situaciones que nos llevan a obtener el poder de maneras emparentadas con el crimen organizado. Esta fue una de ellas. Parece ser una de ellas. El Departamento del Tesoro Norteamericano ya les incautó propiedades y dineros. La visa para el futbolista mexicano y el cantante está automáticamente liquidada. Están vetados en Facebook y Twitter y YouTube. Pobres tipos.    

Días aciagos y negros se abaten sobre México y su Presidente. Su equipo de comunicación, todos graduados y cobrando harta lana, no dan una. Pues sí, no dan pie con bola, para decirlo futbolísticamente. Antes de que el Eje Central Lázaro Cárdenas en la bella ciudad de México se llamara así, era la mítica avenida de “San Juan de Letrán”. Esta avenida divide y cuadricula a una ciudad monstruosa por su hacinamiento, comercios, industrias y servicios. Un remolino. Esta avenida tiene algunos de los edificios más bellos de México: Palacio de Bellas Artes, Correo nacional, Torre Latinoamericana. Y claro, la reventada Plaza Garibaldi. 

LETRAS MINÚSCULAS

Tal vez y sólo tal vez, Peña debería de ir a esta plaza a echarse una botella de tequila para agarrar valor y sí, contestarle a Trump de manera firme y de pie.