Si la humanidad encontrara vida inteligente en otro planeta, sería la noticia del milenio. El encuentro con esos extraterrestres obligaría a los humanos a replantearse su propia existencia, incluyendo sus relatos religiosos sobre la Creación.  Y encontraríamos que  no somos excepcionales y que nunca hemos estado solos. 

Para sorpresa nuestra, esa ‘noticia’ ya se hecho presente, por lo menos en el sentido de que en el pasado nunca estuvimos solos. 

Una nueva datación de las enigmáticas pinturas rupestres garabateadas en tres cuevas de la Península Ibérica,  muestra que esas pinturas se realizaron hace 65 mil años, es decir, más de 20 mil años antes de que los Humanos Modernos (el Homo sapiens), llegaran a ese territorio.

O sea que los humanos que hicieron esos dibujos solo pudieron haber sido los neandertales. 

Para el arqueólogo portugués João Zilhão, coautor de la investigación, el descubrimiento anula la narrativa bíblica, de que los Humanos Modernos salieron de África como la especie elegida por Dios para establecer un pacto con el pueblo que se convirtiera en el depositario de su fe. 

Zilhão cree que los llamados neandertales —de cuerpo bajo, tosco y robusto— eran, en realidad, Homo sapiens. O sea que esos neandertales seríamos nosotros mismos.

Según las etiquetas actuales, hace 80 mil años coexistían en la Tierra cinco especies humanas: Homo sapiens, neandertales, Homo floresiensis, Homo erectus y denisovanos. Pero para Zilhão todas esas especies eran la misma. “En realidad, nunca hubo más de una especie humana”, sostiene.

En fin, las nuevas dataciones de las pinturas rupestres indican que la obra de arte más antigua descubierta hasta ahora, la hizo un neandertal. 

Pero si ellos se extinguieron , ¿por qué nosotros seguimos aquí? Tal vez porque en realidad nunca desaparecieron, lo cual es prueba de que seríamos los mismos.

¿Todas son lo mismo?
La pregunta es,  ¿por qué somos la única especie humana que todavía vive?

Aparte de nosotros, los Humanos Modernos, no quedan especies de homínidos en la Tierra. Pero hace dos millones de años en África, numerosas especies de aspecto humano deambulaban por ese territorio. 

La última de esas especies se descubrió en septiembre del 2015, en Sudáfrica, la cual fue bautizada  como Homo naledi. Pero como ésta, puede haber más especies extintas de homínidos esperando ser descubiertas.

(Nota del Editor. Las especies de Homo que se han descubierto se han bautizado por lo regular con el nombre del lugar donde han sido halladas, digamos Homo floresiensis, descubierto en la isla de Flores, Homo neandertalensis, descubierto en el Valle de Neander, y los denisovamos, descubiertos en la cueva Denisova, en los Montes Altai, al sur de  Siberia; pero aunque hayan sido batutizados con esos nombres no significa que sean diferentes).

Nuestra especie (el Homo sapiens) apareció hace aproximadamente 200 mil años, cuando todavía existían muchas otras especies de Homo. Sin embargo, hoy solo quedamos nosotros, en tanto que todos los demás desaparecieron. ¿Por qué sobrevivimos, mientras que todos los parientes que nos antecedieron desaparecieron?

De vegetarianos a carnívoros
La extinción siempre ha sido parte de la evolución. Por lo tanto, no debe sorprender que algunas especies de humano –homínidos– hayan desaparecido para siempre.

Pero tampoco es comprensible que la Tierra fuera creada para alojar solamente una especie humana. De hecho, en todos los grupos de animales y plantas siempre han existido muchas variantes. 

Nuestros parientes vivos más cercanos son ahora los chimpancés, los bonobos, los gorilas y los orangutanes.

Hay algunas pistas sobre por qué algunos de nuestros antepasados tuvieron más éxito que otros…

Hace millones de años, muchas especies de homínidos vegetarianos convivían, pero a medida que el clima cambió unos se mudaron de los bosques a las sabanas , donde se volvieron carnívoros y se diversificaron cada vez más.

El problema es que esos humanos y los animales que cazaban también iban teniendo menos plantas para comer, así que en general, había menos comida para todos. Y esa competencia llevó a que algunas especies se extinguieran.

Pero el cambio en la alimentación no fue la causa de que la Tierra se convirtiera en hogar para una sola especie humana.

En resumen
Hace 30 mil años, los humanos modernos convivían con otros tres homínidos: los neandertales en Europa y Asia occidental, los denisovanos en Asia, y los Hombres de Flores—apodados ‘hobbits’—, en la isla del mismo nombre, en Indonesia.

Se cree que los Hombres de Flores (Homo floresiensis) desaparecieron hace 18 mil años, por una gran erupción volcánica, según evidencia geológica. De los denisovanos solo se tiene un dedo pequeño y dos dientes, por lo que no sabemos por qué desaparecieron. 

En el caso de los neandertales, de los que sabemos mucho porque hay muchos fósiles, la evidencia arqueológica sugiere que estos fueron desplazados de su hábitat  poco tiempo después de que nosotros (los Humanos Modernos) lo ocupáramos.

Por qué ellos, y nosotros no
Cuando los Humanos Modernos llegaron a Europa, hace 40 mil años, los neandertales llevaban viviendo ahí más de 200 mil años, tiempo más que suficiente para adaptarse al clima del lugar.

Pero hay otra posibilidad. Tal vez fue pura casualidad. Tal vez nuestra especie tuvo suerte y sobrevivió, mientras que los neandertales se llevaron la peor parte y desaparecieron. O tal vez no lo hicieron y por eso seguimos aquí.

El debate continúa
La extinción de los neandertales plantea una pregunta inevitable: si ellos desaparecieron, ¿por qué nosotros seguimos aquí? Hasta ahora, la respuesta era más o menos sencilla: nosotros fuimos más listos. 

Los neandertales eran una especie humana que vivió en Europa durante 200 mil años como mínimo y que desapareció hace 40 mil años, precisamente cuando nuestra propia especie, el Homo sapiens, se supone que llegó al continente. 

Se trata de una cantidad de tiempo descomunal: si lo comparamos con la invención de la escritura, que marca el final de la prehistoria y el principio de la historia. O sea que estamos hablando de sólo 6  mil  años, una fracción mínima del tiempo en que habitaron Europa. 

Supieron adaptarse a cambios climáticos gigantescos y, durante el último periodo de su existencia, sobrevivieron miles de años a las brutales condiciones de la Edad de Hielo. Pero, en un periodo relativamente corto, desaparecieron de los registros arqueológicos.Ese es uno de los grandes misterios.