Son actos de rapiña, sobre-precios por virus

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Son actos de rapiña, sobre-precios por virus

ABANDONA LA 4ª T TRINCHERAS CLAVE

En tiempos de guerra, la rapiña se castiga con fusilamientos sumarios. En el lenguaje de los ejércitos, son actos humanos deleznables, pues es una infamia robar al que abandona sus casas y negocios para no perder la vida.

Les platico que la rapiña también se da cuando fenómenos naturales obligan a hacer lo mismo a quienes deben dejar sus hogares y negocios para salvaguardarse en zonas más seguras. No se castiga con el fusilamiento, pero las penas son muy severas, aún en México.

Y con esto en mente, ¿qué se puede decir de quienes en tiempos de pandemias se valen de chanchullos, influyentismo y -utilizando la palabra más mencionada por la 4T- corrupción, para vender a precios inflados, sin concurso o licitaciones a modo o amañadas, productos y servicios al gobierno?

La cosa se agrava cuando se trata de mercancías que van dirigidas a salvar vidas y esto se vuelve un acto propio de animales -con perdón de esos seres- cuando quienes incurren en tales prácticas son políticos, sus hijos, parientes o testaferros.

Con tales prácticas, esa “gente” entra en la categoría de buitres, porque sus “negocios” tienen encima todas las agravantes.

Y ¿qué me dicen de las autoridades de gobierno -IMSS o la Secretaría de la Función Pública- que por tratarse de operaciones que involucran apellidos de políticos en el poder, justifican esas compras de productos marca patito a precios inflados?

A mí se me hace que hay carroñería en el que vende con esas condiciones; también en el que compra, y lo mismo sucede con quienes avalan semejante mugrero y pretenden que nos traguemos declaraciones aberrantes como la de la doctora Claudia Díaz Pérez -titular del órgano de operación administrativa desconcentrada del IMSS en Hidalgo- al decir que como ellos compran sus cosas a razones sociales -no a personas propietarias- dijo que no sabían que quien vendió los 20 abanicos mecánicos era hijo de Manuel Bartlett, el director de la CFE.

Esta funcionaria es a quien Zoé Robledo -director del IMSS- calificó como un “modelo de honestidad”, cuando se desató el escándalo de la venta a precios inflados de tales equipos por parte de la empresa Ciber Robotic Solutions, perteneciente a León Manuel Bartlett Alvarez, primogénito del funcionario federal ex priista y hoy, consumado morenista por conveniencia.

Todavía no se aplaca la polvareda de esa operación amañada, cuando acaba de salirle otro trafique al hijo del político de marras, pues se filtraron a los medios documentos que prueban otra operación similar por casi $95 millones de pesos, de su misma empresa para venderle sin contrato ni licitación, equipo médico al ISSSTE.

Este es el desmadre que se trae la 4T, que el mismito presidente o no sabe o se voltea para otro lado o de plano lo permite, en tiempos en que no cesa de su discurso la letanía de “lucha contra el corrupto neoliberalismo” de sexenios anteriores al suyo.

Lo peor es que la tarea de sus estorbantes -ni a ayudantes llegan pues le complican la existencia al inquilino del Palacio- se enfoca cada vez más en tratar de quedar bien con su jefe y menos en resolver los graves problemas que aquejan a México en materia de salud, de economía, de seguridad, educación, relaciones con la IP (Iniciativa que debe ser ahora Pública y no Privada), similares, anexos y conexos.

Por un lado la corrupción de compras a troche moche, de última hora, con la puerta machucándoles los dedos por haber iniciado tarde el control de la pandemia.

Y por el otro, la desaparición de quienes deberían estar al frente de los ejércitos “revolucionarios, liberales y anti conservadores” en esta batalla contra el virus, la crisis económica y la inseguridad que no cesa. ¿Como quiénes?:

1.- Los científicos, especialistas e investigadores de a deveras en epidemiología, no los políticos oportunistas e ignorantes en la materia como López Gatell. Hablo de la trinchera de la salud.

2.- Los que fueron nombrados con pompa y circunstancia como enlaces del gobierno ante los empresarios para reactivar las inversiones y con ello poner a jalar los motores del desarrollo económico de un México que sigue arrastrando la cobija en el tema del PIB.

Me refiero a la trinchera de la oficina de la presidencia que sigue en manos -hasta ahora- de un Poncho Romo que no da señales de vida desde hace casi un mes.

3.- La Guarida Nacional de Alfonso Durazo, que fue equipada con más de 50,000 elementos y casi 3,000 trocotas propias de un país en guerra, para supuestamente apaciguar a las bandas de criminales, que se pasean como dueños de Estados, ciudades y pueblos, como los del Cartel Jalisco Nueva Generación, que tomaron la plaza de Valparaíso, Zacatecas, el pasado 21 de abril, ante la impotencia del alcalde y sus fuerzas del orden “equipadas” con palos y resorteras.

Durazo está desaparecido en la trinchera contra la inseguridad, a lo mejor porque prepara a marchas forzadas desde la cuarentena de su casa, la campaña para lanzarse por la gubernatura de Sonora el año próximo.

4.- La Secretaría de Hacienda, cuyo titular Arturo Herrera tiene igual que Romo, un mes de estar desaparecido, mientras la trinchera del manejo de la lana de México está descabezada y expuesta a las ocurrencias de MALO, ya ven la iniciativa que envió al Congreso de la Unión tratando de dar un golpe de Estado presupuestal, al pretender centralizar en su feudo el manejo de más de $600,000 millones de pesos destinados a contingencias como la pandemia.

5.- La inútil PROFECO, que nada hace para frenar la voracidad de comerciantes y proveedores de productos y servicios que se la están bañando en plena pandemia al aumentar sus precios en forma desorbitada.

Me refiero a la trinchera para defender al consumidor, también descabezada porque su titular, Ricardo Sheffield, dio positivo en el corona virus.

6.- La palera Secretaría de la Función Pública, que exoneró a Manuel Bartlett de las acusaciones en su contra por $250 millones de pesos de enriquecimiento ilícito y pinta para lo mismo con el hijo del director de la CFE. Les hablo de la trinchera de la fiscalización de los dineros y los funcionarios públicos que los manejan, igual, sin dirección porque Irma Eréndira Sandoval está enferma del COVID-19.

 

CAJÓN DE SASTRE

“La rapiña está a todo lo que da con el pretexto de que tienen qué hacerse compras rápidas y siguiendo el mal ejemplo de la 4T, gobiernos como el del Bronco en NL, tratan de taparle el ojo al macho publicando en sus sitios de internet, que llevan gastados más de mil millones de pesos con la pandemia, pero los muy descarados no dicen en qué se ha ido ese dineral ni a quiénes les han pagado.

¿Y los órganos de fiscalización de la federación y de una entidad como NL? Nadando de muertito. ¿Y los legisladores federales y los locales? Haciéndose guajes, en sus jales de Total Home y cobrando -eso sí- sus jugosos sueldos, dietas y demás hierbas, por estar de inútiles”, dice la irreverente de mi Gaby.