Por casualidades de la vida, llegué a trabajar a una oficina gubernamental. Y digo casualidades porque nunca antes me planteé ser funcionaria pública. Sin embargo, como el destino tiene caminos insospechados, este puesto me llevó a conocer el arte desde lo más profundo.

Esto gracias a un programa que manejamos y que ofrece gratuitamente clases artísticas, entre ellas de danza. Y no fue sino hasta la primera gala semestral del taller que comencé a gozar con este tipo de espectáculo: ver a jóvenes llenos de ganas por aprender, de ser más, por sacar sus sueños adelante, manifestando desde lo más íntimo de su ser lo que la música les hace sentir, es una sensación indescriptible.

Así, conforme fueron pasando los meses y algunos nuevos alumnos llegaban, comencé a investigar acerca de los múltiples beneficios de bailar. Mi sorpresa fue mayor cuando encontré tantos motivos para dejarse llevar por el compás de una melodía:

1. Te mantiene en forma 

Es una muy buena opción a la hora de quemar todas las calorías consumidas durante el día.

2. Ayuda a tu sistema cardiovascular

Favorece en gran medida a la circulación de la sangre, alejándote de enfermedades que pueden derivar en grandes problemas e incluso la muerte.

3. Te hace flexible

Tanto en lo físico como en lo emocional, con cada paso que das, vas desarrollando resistencia y mayor facilidad para doblarte, pero también te vuelve más tolerante, pues en un grupo, todos deben verse coordinados, lo que implica que todos den lo mejor de sí para ver frutos en sus coreografías.

4. Reduce la timidez y fortalece la sociabilización

No sé cuántos grupos de nuevos amigos he visto formarse en todas las clases que se imparten, pero de una cosa estoy segura: gozan lo que hacen y dejan atrás las distracciones para poder compenetrarse de manera óptima para tener siempre los mejores resultados.