‘¡Tengo ganas de vivir!’

Usted está aquí

‘¡Tengo ganas de vivir!’

ESTIMADA ANA:
Tengo 16 años de matrimonio y tres hijas de 15, 11 y 5 años. Hace seis meses dejé a mi esposo y aunque fue tan difícil atreverme, finalmente me arriesgué y tuve el valor.

Él me ha seguido insistiendo en que vuelva pero ya no sé si lo amo lo suficiente. Nunca me dejó trabajar ni seguir con mis estudios pues es muy celoso, tampoco tener amistades solo las que él aprobaba, se lleva mal con mi familia, siempre le lleva la contraria a mi mamá y discute con ella y eso me pone mal.

Si le platico algo, siempre tiene una mejor historia. A mis 34 años ¡tengo ganas de vivir! Quiero hacer lo que nunca he podido hacer a su lado, cosas tan simples como ir a tomar un cafe y disfrutar de una buena plática.

En 14 años solo me lleva al cine y a comer y ni siquiera puedo elegir que comer. Me hice totalmente dependiente de él. Creo que por eso me dejó ir, porque pensó que a la semana regresaria.

La cosa es que mis hijas me presionan en volver, todos los días lloran porque me las llevé a otra ciudad, claro, con el consentimiento de su papá.

Tengo ganas de comer lo que me gusta sin tener que ver que al él le desagrada, quiero pasear, cosa que a él no le gusta, quiero vivir sin tener que estar escuchando sus regaños y hacerme sentir que no puedo hacer nada, pero mis remordimientos por mis hijas que quieren volver a la casa no me dejan continuar y ahora no se que debo hacer, por favor ayuda. 

NIDIA

 

ESTIMADA NIDIA:
Se escucha fuerte, pero creo que él te ha estado tratando como un objeto de su propiedad, siempre te ha manipulado a su antojo, manejando tu vida... Eso no es un matrimonio eso es un calvario donde ni tú eres dueña de tu vida.

Tu, como mujer, eres un ser realmente importante y tienes derecho a existir y disfrutar tu existencia. Nada ni nadie tiene derecho exclusivo de ti. Eres la responsable de tu propia vida y de todo cuanto logres o desperdicies.

Para lo bueno y para lo malo los padres somos modelo. Aunque tus hijas no te comprendan ahora, nunca es tarde, enséñales que las relaciones de pareja no son lo que han visto. Sé esa madre que trabaja, que realiza sus proyectos, que no da cuentas a nadie sobre su vida y es libre para elegir lo que le gusta o no, y de qué manera.

Te dejo estas palabras del psicólogo Jorge Bucay.

Tú eres tú y yo, soy yo.
Tú no estás aquí para cumplir mis expectativas,
ni estoy yo aquí, para cumplir las tuyas.
Porque tú, eres tú y yo, soy yo.