Un estudio sobre la situación estatal en materia de pensiones, realizado por la Auditoría Superior del Estado (ASE) en el Informe 2016, advierte de nueva cuenta que el Instituto de Pensiones para los Trabajadores al Servicio del Estado es una “bomba de tiempo”, que ya trabaja con cifras negativas y que a largo plazo podría acumular un déficit hasta por casi la mitad del presupuesto estatal: 21 mil 468 millones de pesos.
“En el Informe del Resultado de 2012, se presentaron los resultados de estudios actuariales en los que se evidenció que, a nivel estatal, el fondo de pensiones para la burocracia de la administración pública estatal ha venido operando de tal manera que en el corto plazo los beneficios y prestaciones superarán a los ingresos”, refiere la Auditoría.
Agrega que esto implica la necesidad de revisar los esquemas de antigüedad, montos de cuotas y aportaciones, derechos, beneficios y prestaciones de los trabajadores y futuros jubilados, así como gastos operativos y administrativos del Instituto de Pensiones.
Y es que, explica, ese mismo informe actuarial del 2012 proyectaba que a partir del 2019 empezaría el déficit, sin embargo, hasta 2016 no se había realizado ninguna de las recomendaciones ni reformas legales.