Usted está aquí
¿Tú también, Lorenzo?
“Posiblemente alguna impostora mujer había calumniado a Joseph K. Reyes Ramos, pues sin que éste hubiese hecho nada punible, una mañana fue acusado de misógino mediante un desplegado flamígero firmado por el SONBI (Sindicato de Oples Nugatorios Burocratizados e Institucionales), una siniestra pandilla electoral que se ha convertido en una de las mafias más oscuras y corruptas de México, la misma que esa mañana convocó al linchamiento del ciudadano K.”
Y disculpe usted tanto realismo pero así es como debe iniciar este vodevil kafkiano donde una burocracia corrupta ha decidido señalar a un ciudadano que se atrevió a llamar las cosas y a las personas por su nombre, asunto nada extraordinario cuando son las mismas cosas, las personas y hasta los institutos, los que anuncian su nombre con letras rojas de neón.
Lo más desalentador es que entre esos burócratas se encuentra don Lorenzo Córdova Vianello, consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), quien es el que menos debe andar firmando desplegados defensores de lo indefendible, como el que signó en contra de este ciudadano K.
Y aunque don Vianello se sienta muy romano, es necesario decir que el título de este artículo nada tiene que ver con César y Bruto, tampoco con Jolopo y con don Luis, sino con un extrañamiento del que esto escribe contra el Presidente del INE que, como sucede con todos los árbitros del mundo, siempre habrá quien se acuerde injustamente de su madre, pero también con justa razón de su padre, como se hará más adelante en esta columna.
Y apurando las cosas, hay que decir que don Lorenzo no tiene calidad moral para andar firmando desplegados contra este ciudadano, porque el propio funcionario electoral es racista, discriminador y clasista; bastará con recordar los hechos.
Ya todos conocemos cómo el itálico Vianello se mofa de los indígenas de este País, burlándose del modo de hablar de uno de sus dirigentes, como se lo dijo a un sacamantecas del INE: “Este güey, yo no sé si en verdad hable así, cabrón, pero no mames, vio mucho Llanero Solitario, sólo le faltó decir: Yo gran jefe Toro Sentado, líder Gran Nación Chichimeca… No mames, güey, está de pánico”.
Asimismo, Córdova Vianello debe agradecer a su muy arropada doña Gaby que hoy recordemos un hecho igualmente lamentable cometido por su padre, Arnaldo Córdova, hecho que no demerita a este hombre de izquierda, pero que viene al caso para este ciudadano K.
Siendo diputados del PSUM en la LII Legislatura, Arnaldo Córdova y Encarnación Pérez Gaytán, el duro estalinista de Linares apodado “El Chon”, tuvieron un desencuentro ideológico donde Arnaldo se salió de quicio y le espetó al diputado Pérez lo siguiente: “Para opinar se necesita saber leer y escribir”. Y fue entonces que “El Chon” le contestó contundente: “Pues yo te enseño, soy maestro rural”.
Cierto que Arnaldo se equivocó con el activista memorable que por años fue preso político, pero con mayor razón se equivocó su hijo Lorenzo cuando se burló de los indígenas de México. ¿Con qué imparcialidad va a tratar hoy el árbitro del INE a la indígena Marychuy Patricio? ¿Se va a burlar de ella parodiándola también?
Los altos funcionarios electorales de este País no soportan que cualquier ciudadano les muestre la verdad desnuda, o vestida de sí misma como doña Gaby. Por eso es que hoy le lanzamos al itálico don Vianello un sonoro extrañamiento porno, muy al estilo del antro “diputeibol”: ¡Eeeeh… bruto!