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Turquía en choque con Rusia, Siria, Irak, Irán e ISIS
Quizás los mapas no lo explican todo, pero explican mucho. Turquía está en el corazón de Eurasia. Además de contar con una porción de territorio dentro de Europa, Turquía custodia el Bósforo y los Dardanelos, la salida al Mediterráneo de todos los países que tienen litoral en el Mar Negro, Rusia incluida. Al sur, Turquía tiene frontera con Siria y con Irak, y al este con Irán, entre otros países. Al igual que esos tres Estados, Turquía posee una porción del Kurdistán. Es decir, así como ocurrió muchas veces en la historia, la Turquía de hoy se ubica en el núcleo de muchos de los conflictos que están marcando la agenda en la actualidad.
La Primavera Árabe produjo una inestabilidad que orilló a muchas potencias regionales a redoblar el resguardo de sus intereses. Turquía rápidamente buscó posicionarse en el liderazgo de los países sunitas de la región. Su enfrentamiento principal, no el único, es con Irán, el líder del chiísmo. Para Ankara resultaba estratégico conseguir que el poder iraní fuese contenido y de preferencia mermado. Así, Turquía fue uno de los primeros países en apoyar la rebelión contra Assad, el aliado más cercano de Irán.
Cuando ISIS emerge como uno de los mayores focos de conflicto en la zona, Turquía eligió no participar en la coalición liderada por Washington para combatirle por varias razones: (1) Al haber convertido el combate a ISIS en su prioridad, Washington estaba ayudando al presidente sirio, (2) El combate contra ISIS era imposible sin el crucial apoyo y consiguiente fortalecimiento de los kurdos. Esto significaba perjudicar otra de las prioridades estratégicas turcas, (3) Turquía quería evitar sufrir ataques terroristas con los que ISIS respondería.
Sin embargo, el panorama se movió, y resultaba imposible para Ankara seguir evitando enfrentar a ISIS. El acercamiento entre Estados Unidos e Irán fue percibido como la vía directa al fortalecimiento de la esfera de influencia de Teherán. Como resultado, Ankara apoyó la formación de una coalición de milicias, para juntas finalmente revertir la situación. Las victorias contra Assad no se hicieron esperar. Sin embargo, para esta coalición de milicias era imposible prevalecer sin también combatir a ISIS. Además, ISIS ya había penetrado la militancia islámica en el interior de Turquía generando riesgos a futuro. Mientras más esperaba Ankara, más posicionada estaba esta organización para tenerle bajo amenaza perpetua.
Con todo lo anterior, el choque entre los intereses rusos y turcos era inevitable. Tras las derrotas de Assad durante 2015, Putin decide entrar y atacar frontalmente a todas las milicias que combaten al presidente sirio, incluidas las milicias apoyadas por Turquía.
Por consiguiente, hay que leer los incidentes recientes como subproducto de estos enfrentamientos. Tanto el derribo del avión ruso por parte de Turquía, como las respuestas rusas, los ataques renovados de Moscú a las milicias apoyadas por Ankara, la fuerte protesta del gobierno de Irak por el redespliegue de unos 130 soldados turcos cerca de Mosul para combatir a ISIS, así como la movilización diplomática en contra de Turquía orquestada por Bagdad en la Liga Árabe, forman parte del mismo esquema.
Twitter: @maurimm