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Un festejo para las letras
Con una espléndida cartelera, arrancó el viernes anterior la Feria Internacional del Libro en Arteaga (FILA), una fiesta de las letras, tal como dijera Raphael Meltz, agregado cultural de la embajada francesa en México. Este año, la FILA cumple su vigésimo aniversario, y lo hace demostrando el peso que tiene ya entre la ciudadanía este esfuerzo importante que redunda de manera tan beneficiosa a los coahuilenses.
Hace 20 años, Patricia Gutiérrez Manzur tuvo la idea de ofrecer a los saltillenses una Feria que tuviese como plataforma la exposición de libros infantiles y juveniles. A la par, la presentación de grandes figuras de la literatura le dotaban de un carácter sólido. Año tras año, la Feria del Libro iniciada en la entrañable Librería Julio Torri, asentada en la entonces Secretaría de Educación, ubicada en el inolvidable edificio del Hotel Arizpe, fue creciendo y demandando entonces nuevos espacios.
La segunda sede fue el Museo de las Aves de México, y ante el continuo éxito, se mudaron los stands al Museo del Desierto. Cada director de la Feria, cada uno de los encargados, ha impuesto su sello y le ha dado su particular personalidad. Cada uno, desde sus propios ámbitos, le dotó de carácter que fue abriendo el camino hasta la dimensión que hoy presenta en áreas y oportunidades.
Así, en este recuento feliz están los nombres de, por supuesto, la creadora de la idea: Patricia Gutiérrez Manzur, con su equipo Flor Palacios y Sandra Rodríguez Flores, que tan bien la continuaron; vendrían después Armando Sánchez Quintanilla, ya fallecido; Ricardo Aguirre y Alfonso Vázquez, con su gran equipo encabezado por Gerardo Carrera.
Este año, la FILA está bajo la responsabilidad de Ana Sofía García Camil, secretaria de Cultura en el Estado. Ha empezado con muy buenos augurios, con la presencia de grandes personalidades en distintos campos: la historia, la literatura, el arte, la poesía y la música.
La tarde del domingo 30 de abril recordé las palabras de Raphael Meltz en la ceremonia de la inauguración, a las que hice alusión líneas arriba: “En México se usa la palabra feria, y eso me gusta, dijo. En Francia decimos ‘salón’, que es mucho más formal. Me gusta feria porque es una fiesta”. Y sí.
En la caída de la tarde de este domingo, mientras se escuchaban las notas de la Orquesta de la Secretaría de la Defensa Nacional, minutos antes, se había presentado en el Foro Artístico una obra de teatro y, mientras todo esto ocurría, los visitantes podían disfrutar de la comida al aire libre y, por supuesto, abarrotar las áreas de venta de los libros. Niños vestidos de superhéroes y pequeñas aún con vestidos de hadas, parecían recién salidos de los libros que estaban frente a sus ojos. Los adolescentes, en cambio, preocupados por textos de literatura y tecnología, y los adultos frente a los estantes de filosofía, historia, arquitectura, poesía...
Este año, las figuras de Jean Meyer, Rigoberta Menchú, Javier Garciadiego, Alberto Manguel, Érika Pani, Juan Villoro, Sandra Lorenzano, Francisco Hinojosa, Mario Iván Martínez, Marianne Toussaint, Julián Herbert y Víctor Palomo, entre muchos más, dotan de gran atractivo a la Feria del Libro. Francia, como país invitado, y Yucatán, como estado invitado, le confieren asimismo de un mágico encanto con cuya atmósfera es posible toparnos de pronto en pasillos y escenarios. De igual modo, nuestros productos y editoriales, como es el caso, asimismo, de nuestro periódico.
Durante la ceremonia de inauguración se hizo un reconocimiento especial hecho a los historiadores Arturo Berrueto González, Javier Villarrreal Lozano y Lucas Martínez Sánchez, por su trayectoria y obra. Un reconocimiento que bien cabe en esta Feria por mostrar de esta manera el trabajo realizado en pro de lo que justamente celebra la feria: la palabra escrita.
Un pueblo que reconoce como bueno, que pinta como deseable el festejo por las letras está constituido por quienes sustentan lo que los libros ofertan: los valores de libertad, del cultivo del pensamiento y con ello el de la comprensión de otros mundos distintos al propio. Esto que ofrece el libro es lo que festeja la Feria.
Enhorabuena a esta iniciativa nacida hace 20 años y que a lo largo del tiempo ha logrado consolidarse con espíritu y fortaleza.
Festejo a las letras.