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Un Mercosur “fatigado” celebra, sin pompa, su 25 aniversario
Las Bodas de Plata del matrimonio político y económico que se llama Mercosur y que enlazó a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay el 26 de marzo de 1991, con la firma del Tratado de Asunción, tendrán un festejo sin gran pompa.
Un "fatigado" Mercosur, según la opinión del presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, prepara un foro con la participación de los ministros de Relaciones Exteriores, una exposición fotográfica, visitas de niños a su sede administrativa, un acto con escolares y la publicación de algunos libros y folletos.
El cuarto de siglo encuentra al bloque regional en un momento complejo para varios de sus socios -en recesión económica o crisis política- y con cuestionamientos de algunos a su propio funcionamiento.
Una de las peores crisis de este cuarto de siglo se produjo entre mediados de 2012 y 2013 como consecuencia de la destitución del entonces presidente constitucional de Paraguay, Fernando Lugo, y la suspensión de ese país, que se levantó en julio de 2013.
En ese interín se aprobó el ingreso de Venezuela, resistido hasta entonces por el Congreso paraguayo, dominado por la oposición a Lugo.
La cumbre que debió realizarse en Caracas en diciembre de 2013 fue postergada al menos tres veces por "problemas de agenda" de los presidentes y finalmente se realizó en enero de 2014.
La anterior cumbre, en Montevideo, también había sido aplazada por un mes y se terminó haciendo en julio de 2013 con la excusa formal de incluir al presidente electo de Paraguay, Horacio Cartes, en la mesa de negociaciones, tras la suspensión de casi un año de ese país como respuesta a la destitución de Lugo.
Pese a la crisis y los problemas internos, el intercambio de bienes fue creciendo y llegó a un máximo de 54,371 millones de dólares en 2011, después de lo cual hubo un nuevo descenso. El ingreso per cápita de la región ascendía en 2013 a 11,812 dólares, por encima de los 10.980 dólares de algunos países europeos, según cifras divulgadas por el Gobierno argentino.
La marcha ha sido accidentada y el estancamiento de los últimos meses llevó al ex presidente uruguayo Luis Alberto Lacalle, firmante del Tratado de Asunción de 1991, a sostener que el proceso "es una cáscara".
El actual presidente, Tabaré Vázquez, cuyo país ejerce la presidencia pro témpore del Mercosur, fue más comedido y se limitó a definir esta realidad como de "fatiga".
Los cancilleres se reunirán en Montevideo el 25 de abril, como fecha tentativa, para participar en un foro aniversario, y allí seguramente harán una puesta al día, aunque nada indica que se esté superando la fatiga.
Un optimista director de la Secretaría del bloque, el paraguayo Oscar Pastore, comentó a la revista "Búsqueda" de Montevideo que reunir para ese evento a los ministros de Relaciones Exteriores "es darle una importancia fundamental al Mercosur, lo que no existía hace años".
"Los países han hecho un gran esfuerzo y se lograron resultados muy importantes. El comercio, el nervio motor, ha crecido muchísimo", agregó Pastore y admitió que, "como todas las organizaciones", el Mercosur pudo haber tenido momentos de estancamiento.
Pero destacó que a pesar de las dificultades, las delegaciones nunca dejaron de reunirse y aseguró que el statu quo fue superado. El balance de los 25 años es "muy positivo", concluyó.
El Mercosur en crisis todavía respira optimismo
El Mercosur cumple 25 años sumido en un estado de paralización institucional, pero los presidentes de los países socios siguen siendo optimistas sobre las perspectivas de sortear esta coyuntura complicada.
El ex presidente uruguayo Luis Alberto Lacalle, signatario del tratado fundacional del Mercosur, es una de las tantas voces de la región que reclama modificar el rumbo y liberar la resolución que impide a cada país hacer acuerdos con otros países extrarregionales.
"O cambia de naturaleza y se va a una zona de libre comercio, o lo mejor de todo: hagamos juntos acuerdos de libre comercio, pero no con Palestina, Israel y no sé quién más, sino con Canadá, Estados Unidos y todo el mundo", pregona Lacalle.
El presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, también crítico del Mercosur, advierte en cambio que "en materia de integración no hay milagros ni atajos”.
"El Mercosur ha sido, es y será lo que hemos sido, somos y seremos capaces de hacer, si hoy no nos satisface puede ser mejor y hay un compromiso de mejorarlo. Ese es nuestro desafío y estoy seguro que lo enfrentaremos con dignidad y unidad para lograr el bien común para todos nuestros pueblos", dijo Vázquez recientemente.
El flamante presidente argentino, Mauricio Macri, es "muy optimista", porque considera que el futuro está lleno de oportunidades y es necesario mantenerse unidos para tomar posiciones comunes frente a los grandes desafíos globales.
En ese sentido, Macri propone "llevar el Mercosur al siglo XXI", conscientes de que siempre habrá dificultades y tensiones, pero "no hay que desanimarse y perder la confianza en esta unión", expresó en la última cumbre, realizada en Asunción.
Para Brasil, el socio más fuerte e influyente, representado en las últimas cumbres por la presidenta Dilma Rousseff, la principal conquista del Mercosur es la construcción y la consolidación de la democracia y la capacidad de conducir sus divergencias por el camino del debate y del respeto a la voluntad popular.
Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay fundaron el Mercosur el 26 de marzo de 1991 en una coyuntura internacional en la que empezaban a consolidarse grandes espacios económicos en el planeta.
El Tratado de Asunción impulsó a esos países sudamericanos a conformar un mercado común para "la libre circulación de bienes, servicios y factores productivos", encaminado a eliminar los derechos aduaneros y restricciones no arancelarias a la circulación de mercaderías y de cualquier otra medida equivalente.
El camino no ha sido sencillo en este cuarto de siglo. Hubo avances y retrocesos y el bloque llegó al borde de la ruptura, pero siempre primó el convencimiento de que mantener la unidad es la única manera de insertarse en el mercado mundial.