En 1993, coincidiendo con su cumpleaños y su polémica relación con su discográfica, Prince decidió cambiar su nombre por un símbolo impronunciable (el mismo que aparece en la portada de, su elepé, sin título, de 1992) que recuerda una P. Ese signo se hizo parte de su indumentaria (en forma de los más inesperados objetos, como en la imagen) y de su historia.