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Va a ser una fiesta…
Para el Presidente electo el 1 de diciembre va a ser una fiesta. Destacó que no es un cambio de gobierno, es un cambio de régimen. La ceremonia de protesta en San Lázaro será con un Congreso de mayoría emanado del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena). El festival artístico en la plancha del Zócalo, pronunciar el mensaje a la nación desde el balcón presidencial y recibir el bastón de mando de los pueblos indígenas parece llenarlo de contento.
Pero si viera en el interior de los mexicanos esforzados que trabajan, que pagan contribuciones hacendarias, los pequeños y medianos empresarios, todos aquellos que en realidad sostienen el piso económico del País, estos son los mexicanos olvidados, estaría consciente que no hay tal palabra mágica: “serénense”.
Es necesario que el próximo Presidente de México tome conciencia. Porque ser un factor de equilibrio capaz de mantener la confianza básica en sus gobernados es su diaria obligación. Sólo está una gran interrogación en el aquí y el ahora, sobre los siguientes seis años.
Obtuvo una victoria histórica en las urnas del 1 de julio: 99.97 por ciento de actas –30 millones de votos por primera vez en este País– le otorga una legitimidad incuestionable. Pero nos preocupan muchas cosas, mencionaré tres: su ambigüedad como estilo de comunicación, el nivel de preparación de los diputados ¿cuántos Sergios Mayer hay ya instalados en San Lázaro?, ¡¿cómo que el diputado Ricardo Monreal anuncia la iniciativa que elimina las comisiones que cobran las instituciones bancarias a cuentahabientes, sin enterar a Carlos Urzúa Macías, candidato a ocupar la Secretaría de Hacienda y Crédito Público?! Por esa terrible omisión, AMLO tuvo que asegurar a los banqueros que en tres años no habrá cambios (que los afecten).
Desde septiembre, debieron leerles a los hoy diputados la cartilla de protocolo obligatorio, la cadena de mando en línea de comunicación. De esa forma imprimir disciplina impecable y evitarle al presidente tener que recular, quedando expuesto a nivel nacional e internacional.
Ayer 13 de noviembre de 2018, en su cumpleaños 65, pidió “a la naturaleza, al Creador o a la suerte” que le dé cuando menos seis años más de vida; Andrés Manuel López Obrador no pidió sabiduría, precisamente eso es lo que necesita la clase gobernante. Él pregona honestidad personal, lleva 18 años haciendo campaña “al ras del suelo”, su lema; “juntos haremos historia”. Queremos que sea una historia sexenal buena.
¡Decídete a ser feliz hoy!
@_A_lfonsina