Várices durante el embarazo: Causas, consecuencias

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Várices durante el embarazo: Causas, consecuencias

Las venas varices son un mal que pueden llegar a sufrir tanto mujeres como hombres en cualquier etapa de sus vidas. En esta ocasión abarcaré las venas várices durante el embarazo y lo concerniente a ellas

Erika Otero Romero

Las venas varices son un mal que pueden llegar a sufrir tanto mujeres como hombres en cualquier etapa de sus vidas. En esta ocasión abarcaré las venas várices durante el embarazo y lo concerniente a ellas. 

¿Qué son las várices?

Las várices o insuficiencia venosa periférica según el portal webconsultas, consisten en una dilatación de las venas por acumulación de sangre. Estas pueden aparecer en varias zonas del cuerpo.

Factores de riesgo 

Muchos pueden llegar a ser los factores que influyan en que una persona sufra de venas várices. Algunos pueden ser las malas posturas, usar calzado inadecuado, obesidad, estreñimiento, sedentarismo y embarazo.

¿Por qué se pueden presentar durante el embarazo?

El portal bebés y más explica que una mujer embarazada puede llegar a sufrir venas várices en diferentes partes de su cuerpo, como en las piernas, recto y algunas veces la vulva. Esto ocurre porque la sangre se estanca en las venas ubicadas en las áreas antes nombradas que son las que están soportando más peso de la gravedad y por ello el retorno de la sangre se hace más difícil.

¿Se puede prevenir la aparición de vena varice en el embarazo?

Es relativo, ya que esta dolencia puede verse favorecida por antecedentes familiares e incluso hábitos de vida sedentarios antes del embarazo.

Lo que sí se puede es reducirlas. El sitio babycenter ofrece los siguientes consejos para que cada mujer en embarazo practique y así disminuya las molestias que estas (varices) puedan llegar a traer consigo. 

1. Haz algo de ejercicio todos los días. Sal a caminar, ve a nadar un poco cada tanto o en casa haz ejercicios para las piernas y así mejorar la circulación.

2. Conserva el control de tu peso y mantente en el recomendado por el ginecobstetra dependiendo de la época del embarazo en la que estés.

3. Procura levantar tus piernas cada que puedas, incluso estando acostada.

4. No cruces las piernas o tobillos cuando estés sentada.

5. No permanezcas sentada o parada por largos periodos de tiempo sin hacer pausas para moverte un poco.

6. Procura dormir sobre tu lado izquierdo. Coloca otra almohada detrás de la espalda para mantenerte inclinada hacia la izquierda y levanta tus pies con una almohada. La razón de esto, es que la vena cava inferior está en el lado derecho, al acostarte sobre el lado izquierdo alivias esta vena del peso del útero y así disminuyes la presión sobre las venas de las piernas y los pies.

7. Usa pantimedias de compresión graduada, que son el doble de gruesas que las comunes, son las mejores. Estas hacen presión en la zona del tobillo y se van aflojando hacia arriba de la pierna, lo cual facilita el regreso de la sangre hacia el corazón. Como resultado, te ayudan a prevenir la hinchazón y pueden evitar que las várices empeoren.

¿Pueden ser graves?

No ponen en riesgo la vida de las personas, pero pueden resultar ser muy dolorosas y generar picor, además de que estéticamente pueden llegar a ser incomodas.

Lo que si es cierto es que si no te cuidas de la manera adecuada, la situación puede llegar a complicarse ya que se pueden desarrollar coágulos de sangre en las venas afectadas (trombosis venosa superficial). Cuando salen estos tipos de coágulos, la vena puede ponerse dura y parecerse a una cuerda, y el área circundante volverse roja, caliente, sensible o dolorosa.

Llama a tu médico si sientes que tienes algún coágulo. De la misma manera debes hacerlo si notas que una de tus piernas está muy hinchada o tiene úlceras, o si la piel próxima a las venas cambia de color.

Esto sí puede ser de urgencia

La trombosis venosa profunda (TVP) es un mal donde se forman coágulos en las venas profundas, por lo general en las piernas. El embarazo puede hacerte más propensa a padecerla, aunque no es muy común.

Si desarrollas TVP, puede que no llegues a tener síntomas, quizás solo tengas hinchazón repentina y con dolor en el tobillo, pierna y muslo. En ese caso el dolor puede ser mayor si flexionas el pie o permaneces parada, y puede también aparecerte un poco de fiebre.