Victoria Garza Villarreal: su legado vive todavía

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Victoria Garza Villarreal: su legado vive todavía

Una de las tres preseas “Saltillo” que anualmente concede el cabildo municipal a los saltillenses distinguidos por sus acciones en favor de la ciudad y sus habitantes, es un reconocimiento post mortem. Este año decidió otorgarlo a una dama: la profesora Victoria Garza Villarreal.

Ella dedicó su vida a la enseñanza de jóvenes en el antiguo Colegio Roberts y la Benemérita Escuela Normal de Coahuila, y de adultos trabajadores en la Escuela Preparatoria Nocturna, hoy Mariano Narváez, de la que fue maestra fundadora. Inició en la literatura, la historia de la cultura y el dibujo y modelado a muchas generaciones de estudiantes. Los que aún viven, la recuerdan con gratitud y afecto, como una maestra ya mayor, muy dulce y entregada totalmente a la docencia.

Además de reconocida maestra, la profesora Garza Villarreal fue pintora, escritora y pianista. Alumna del pintor Rubén Herrera, hizo en cuatro años los cursos completos de la Academia de Pintura que dirigió el maestro en el Ateneo Fuente y recibió su certificado en noviembre de 1924, en la inauguración de la exposición de la academia, la primera colectiva en que participó.

Victoria Garza Villarreal fue una artista completa. En la pintura dominó principalmente el retrato y en la música fue notable pianista. Era una buena lectora, y como maestra de literatura guió a sus alumnos en el conocimiento y la lectura de los grandes maestros de la literatura universal. A lo largo de su vida formó una pequeña biblioteca en la que guardaba también unos volúmenes heredados de su padre, don Anastasio Garza Treviño. Publicó cuentos y artículos en las revistas “El Ateneo” de la Sociedad Estudiantil Juan Antonio de la Fuente, y “Minerva” del Colegio Roberts, y en los periódicos “El Universal” y “El Demócrata” de la Ciudad de México, y en “La Prensa” de San Antonio, Texas. Un cuento suyo, “El Sarape”, obtuvo en 1922 el premio de “El Universal”, y tiempo después lo publicó la revista “El Ateneo”. En 1944 publicó el libro “La Escuela Normal, su evolución educativa y sus directores”, y es coautora del libro “La Obra de una Vida”, sobre el cincuentenario magisterial del profesor don José González Rodríguez.

Obra de la maestra Victoria Garza Villarreal es el escudo de la Benemérita Escuela Normal de Coahuila. Concebido, desarrollado y dibujado por ella en su totalidad, ese emblema normalista incluye la antorcha encendida del conocimiento, regalo de Prometeo a los hombres, y el lema Labor Omnia Vincit (El trabajo todo lo vence), que también parece haber normado la vida misma de la maestra, pues no dejó su labor educativa sino hasta muy poco tiempo antes de fallecer, a los 77 años.

Fue la promotora de la Pinacoteca de la Escuela Normal y la creó con obra donada por sus autores. Para reconocerla y honrarla, la institución le impuso posteriormente a la colección el nombre “Pinacoteca Victoria Garza Villarreal”.

Una muestra del cariño que tuvo a sus alumnos quedó en el libro de poemas, “Bajo el Alero”, editado por sus alumnas de la generación 1931 del Colegio Roberts. En la dedicatoria se lee: “A nuestra muy amada maestra de literatura Victoria Garza Villarreal, a cuyo esfuerzo debemos todo lo que en tal materia hemos podido hacer”. La maestra misma se encargó de corregir las pruebas y dibujar algunas viñetas para el libro. Murió en Saltillo el 9 de febrero de 1972. Su legado vive todavía.

La prestigiada maestra doña Lucía Teissier de Galindo dice de Victoria Garza Villarreal en su libro “Benemérita Escuela Normal de Coahuila. Alma de Acero. 1894–1994”: “Por casi cuarenta años imprimió su huella en la sensibilidad de miles de jóvenes estudiantes a quienes llevaba de la mano por los misterios del arte y el descubrimiento de su propia sensibilidad… Victoria Garza abrió caminos que aún son andados hoy”.

Más que merecida la Presea Saltillo.