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Vitaminas, proteínas y la norma 035
Pareciera ser que a los líderes, en cualquiera de las múltiples dimensiones de la vida humana, no les ha quedado claro que si no conocen o dominan un tema no tienen por qué abordarlo u opinar sobre él. Lo único que tienen que hacer es declarar que no lo saben y que buscarán a sus asesores para que les iluminen y orienten al respecto. La otra es que se pongan a leer, no a “ler”.
El anterior comentario va por la respuesta que dio el presidente Andrés Manuel López Obrador a la pregunta que le hace un reportero respecto de la norma 035 de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social.
Lo sorprendente del caso es que ni los reporteros presentes le reviraron, francamente no creo que por falta de ganas, sino por ignorancia al respecto. Luego también este hierro mayúsculo no tuvo las repercusiones que sí han tenido otros dislates, insisto, por la ignorancia de los diferentes sectores o por la indiferencia de otros hacia la misma. En el caso de los medios y el sector empresarial, ¿para qué levantar polvo de algo que los va a comprometer socialmente? ¿Qué supo usted al respecto? y ¿qué sabe sobre la norma 035 implementada a partir del 23 de octubre del presente en todo el territorio nacional?
Por supuesto, no tiene que ver ni con la alimentación ni con las proteínas ni con las vitaminas. Lo peor del caso es que las empresas y empresarios estuvieran en la misma tesitura del Presidente, es decir, creyendo que la norma tiene que ver con algo distinto a lo establecido. Como comentario, si usted la conoce critique la ignorancia del Presidente, si no, dificulto que nos venga bien.
Entre los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales que tenemos como seres humanos se encuentra, entre otros, el trabajo. A lo largo de la historia humana el trabajo ha tenido diferentes consideraciones, por cierto, negativas. La idea de la indignidad del trabajo prevaleció con el cristianismo medieval, ganarse la vida mediante un trabajo asalariado, hasta el siglo 12, era el síntoma de que no se tenía ni siquiera capacidad para subsistir. La idea poco a poco va cambiando y ahora quienes trabajan el tema del trabajo lo proponen, como lo afirmaba Carlos Marx y Herbert Marcuse, como un asunto de autorealización de los seres humanos y, en estos tiempos, un motivo de dicha por lo escaso que está.
Sin embargo, en las sociedades contemporáneas a partir de la Revolución Industrial, con la producción en serie y el fordismo, las reglas del juego cambiaron. Aunque Ford inauguró la jornada de 8 horas en las empresas, cuando la regla era de 12, hablamos de inicios del siglo 20; en el casi ya primer cuarto del siglo 21, las condiciones no han cambiado. El trabajador sigue pasando mucho tiempo en su trabajo y poco tiempo con su familia, por un raquítico salario.
Nada más para que se dé una idea, en datos de la OCDE (2018), los mexicanos son los que más horas de trabajo acumulan en el mundo a la semana. ¿Qué trae como consecuencia? Conflictos familiares, trastornos de ansiedad, alteraciones del ciclo del sueño, falta de un descanso adecuado, problemas interfamiliares, adicciones, enfermedades físicas, mentales y emocionales.
Contrastado con un abuso de poder por parte de quienes poseen los medios, por asuntos de asimetría y desigualdad. Para que se dé una idea, México ocupó en 2018 el primer lugar con padecimiento de estrés laboral. Por eso, bienvenida la 035 que busca prevenir en todo el territorio nacional en los centros de trabajo los factores de riesgo psicosocial, la violencia laboral y las cargas de trabajo.
¿Qué debe de entenderse por riesgos psicosociales? Todo aquello que se encuentra alrededor del individuo y su entorno; en el caso del trabajo, todo lo relacionado con lo laboral. Por ejemplo, la violencia en el trabajo, en cualquiera de sus múltiples formas: acoso laboral y sexual, la inseguridad, la salud, las cargas de trabajo y las jornadas excesivas, entre muchos otros.
El riesgo como todo en nuestro País será que los empresarios implementen una estrategia de cumplimiento, es decir, cumplo y miento, haciendo a un lado la liga con la dignidad y los derechos de los trabajadores. En síntesis, se trata de que las empresas promuevan un entorno favorable en los centros de trabajo y no sólo de una buena alimentación rica en carbohidratos, vitaminas y proteínas, como equivocadamente lo dijo el Presidente de la República.