La soledad y la alienación, la pérdida o las conjuras son algunos de los oscuros mundos en los que Don DeLillo introduce a sus lectores. El escritor estadounidense lleva más de 40 años diseccionando su patria con una mirada crítica y dibujando una desasosegante imagen de la sociedad mediática y de masas que no deja posibilidad alguna al individuo.

Inesperadamente, la elección de Donald Trump como el futuro presidente de Estados Unidos ha catapultado al presente las obras de este eterno candidato al Nobel, que el domingo cumple 80 años. "Pocas veces se escribe de manera tan inteligente, ingeniosa y a la vez venenosa sobre los estadounidenses y su día a día", escribió un crítico en una ocasión.

Desde que en 1997 publicó "Underworld" (traducida al español como "Submundo"), DeLillo aparece un año tras otro en las quinielas para el galardón más prestigioso de las letras, que hasta ahora no ha conseguido. Junto con Philip Roth, Thomas Pynchon y Cormac McCarthy, está considerado uno de los grandes maestros de la litertura conteporánea estadounidense.

"Submundo" fue celebrada por la crítica como "la obra del siglo" y convirtió en estrella internacional a este escritor hijo de un modesto inmigrante italiano. A lo largo de sus 800 páginas, la novela traza un caleidoscopio de los Estados Unidos en la segunda mitad del siglo XX. A pesar de que fue su undécima novela, por primera vez aparecía su propia historia.

Criado en un área ítalo-estadounidense del Bronx neoyorquino, DeLillo estudió teología y filosofía y comenzó ganándose la vida con trabajos esporádicos, como vigilante de parques. A los 28 dejó un empleo como redactor de anuncios publicitarios y se convirtió en escritor. En 1971 debutó con "Americana", la historia de la salida de un exitoso cineasta de la gran maquinaria del celuloide.

Con más de 15 novelas a sus espaldas, la última de ellas este año ("Cero K"), DeLillo ha recibido numerosos galardones, entre ellos el reputado Library of Congress. En 1985 se alzó con el National Book Award por "Ruido de fondo", una ácida sátira sobre una ciudad de provincias amenazada por una nube de gas, mientras que en 1992 fue galardonado con el PEN-Faulkner por "Mao II".

Muchas, cuando no todas las obras de ficción de DeLillo, transmiten la atmósfera de un mundo que resulta alarmantemente alterado. "Sí, creo que mi obra está influida por el hecho de que vivimos en tiempos peligrosos", dijo al "Chicago Tribune" en 2012. Ahora que millones de estadounidenses y gran parte de la comunidad internacional esperan temerosos cómo liderará Trump la primera potencia mundial, la obra de DeLillo no podía resultar más apropiada.