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#VotoExtranjero
Escribo estas líneas desde el asiento trasero de un taxi que me lleva al aeropuerto de Detroit. De ahí 14 horas a Shanghái y en unos días más a Corea del Sur. En este espacio y en distintas ocasiones he compartido que es complejo ver y entender (al menos un poco) lo que pasa en México para alguien que no está viviendo ahí. También me he referido a la oportunidad que tengo de ver otros países y compararlos con México. Sus reglas, sus gobiernos, sus empresarios, su cultura, su comida, las personas, su nivel de desarrollo y el progreso que los países han alcanzado relativo a México.
He procurado ser consciente que la distancia y el no vivir día a día en mi país forma e influye en mis opiniones. Ahora que se acercan las elecciones del 1de julio, se acelera el debate, la guerra de memes, las discusiones con amigos y familiares. Todos tenemos una opinión, algunos más con memes que con datos, otros con intereses directos, muchos propagando versiones extremas y contando al miedo como su aliado, pero estoy seguro que la gran mayoría con la mejor de las intenciones pensando en lo que le conviene a México. A final de cuentas, todos tenemos oportunidad de emitir un solo voto, hacerlo libremente o a cambio de una torta o un hueso, con o sin información.
Quienes vivimos fuera de México hemos empezado a recibir las boletas. Yo tengo ya más de una semana con la boleta en blanco, la reviso todos los días como si la boleta me fuera a dar pistas y resolver dudas, pero al día de hoy no he decidido mi voto, la boleta sigue en blanco. Tengo mis fobias y ciertas preferencias. Nunca he dudado en compartirlas y ya en ocasiones amigos cercanos han sugerido de forma más o menos directa que el hecho de vivir fuera de México lo hace más sencillo para mí, ya que “no tendré que vivir con el resultado”. Me dicen que por estar lejos no entiendo o no veo los riesgos que trae algún candidato. Prácticamente me han sugerido que mi voto desde fuera es un poco injusto para quienes sí están todos los días en México.
A aquellos que piensan que los mexicanos que estamos en el exterior estamos menos calificados para opinar, les volteo el argumento y les planteo que aunque no vivimos con la inseguridad, corrupción, violencia, impunidad y desorden que impera en muchos lugares de México, ni con su gente maravillosa, atenta y capaz, o su comida inigualable, o con el calor de nuestras familias al alcance, los paisanos tenemos una ventaja similar a la que tienen esas ranas que no están dentro de la olla que gradualmente está llegando a hervir. Como sabemos, las ranas en esa situación no saltan, se acostumbran al agua tibia, después caliente y mueren al hervir. Esa perspectiva de estar “fuera de la olla” nos convierte en ciudadanos con una visión distinta y no despreciable. Somos capaces de ver que existen regiones del país que son más peligrosas que países en guerra; de ver que el nivel de cinismo, corrupción e impunidad tiene al país de rodillas; que nuestros principales enemigos NO están fuera del país, sino a cargo del mismo. Estando lejos nos duele México de una forma distinta a quien está ahí. Estos próximos días tendré que ver una vez más la infraestructura, el orden y el progreso acelerado de dos países que hace 30 años estaban económicamente muy por debajo de México. A mi regreso, emitiré mi #VotoExtranjero desde Estados Unidos, viendo desde afuera la olla casi hirviendo.
@josedenigris