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Vulnerabilidad y fortaleza
Existe un estado de indefensión en el que todos, de alguna manera, nos sentimos atrapados. Un estado de vulnerabilidad impulsado por la desolación que carga el alma. Afuera, de pronto, todo se ha vuelto silencio, oscuridad, dolor. Y, dentro, el punzante enfrentamiento ante un mundo que en un instante se esfumó. “Lo incierto de la vida se traduce en soledad”, nos dirá, entonces, en lo que sentimos casi un susurro, Sebastián, el dueño de una historia, la historia de “Sandrita”, reciente novela de Jorge Alejandro Barragán.
En esta obra, editada por el Instituto Municipal de Cultura de Saltillo, en su colección Acequia Madre, Jorge narra el viaje de un mexicano que ha de marcharse al sur, a Chile, en donde vivirá un sinnúmero de experiencias que lo cuestionarán sobre el contenido y la sustancia de la vida misma, y en donde se topará con la interrogante que le hará establecerse con los habitantes de la tierra del sur con los que empezará a convivir. El andar pesaroso del protagonista hace pensar en los de uno mismo. Tomar las cosas, ir delante de un futuro que no se sabe qué traerá consigo, pero al que apostamos todo para salir de los miedos que nos atenazan.
En lo que pensaría es el final del camino, los amigos les brindarán abrigo y respuestas y preguntas. Vendrá entonces lo que será el definitorio encuentro que le hechizará y que le hará descender a delirante experiencia. Marcada ella por el contexto político que Jorge retrata tan bien en su impacto social. El mismo autor, durante la presentación de este libro la semana anterior, señalaba que pensó su novela observando a la América dolida por los continuos gobiernos que la han lastimado.
Los escenarios de esta novela, “Sandrita”, resultan fascinantes. Las atmósferas que disfrutamos en la lectura: este semidesierto del norte de un México del campo y el hipnótico bullicio de Chile con un estudiantado activo al que se le ve pelear por sus derechos, por sus ideales; donde se les ve transitar en una juventud cargada de espejismos y realidades a ratos coherentes, a ratos inconexas, asentadas en una dolorosa realidad nacional.
Alegres imágenes del mercado, su profusión de verduras, seductoras plazas, magnéticas avenidas. Los escenarios listos para estimular en nuestro Sebastián los recuerdos de su tierra, de sus polvos, de sus padres, de su abuelo.
Con sus sueños, Sebastián interrumpe la vida cotidiana, haciéndole sentir, una vez más, que aquello que dejó no parece abandonarle nunca. Ahí están presentes los miedos más recalcitrantes, lo más pesado del viaje que se traduce en dolorosas escenas y otras tantas entrañables. El manejo de los símbolos, el uso de las metáforas, un ambiente envuelto en tonos evanescentes hacen de la obra un espléndido encuentro con los mundos interiores de seres de ánima anónima, pero en ella, universal.
NECESARIA ACTITUD
Frente al triunfo de Donald Trump en las elecciones para Presidente de Estados Unidos, de inmediato se levantó una actitud revanchista contra el empresario ganador y lo que su triunfo representa básicamente en el aspecto económico. De la seguridad de que perdería ante Hillary Clinton se pasó a la sorpresa y de ésta al revanchismo, a la autodefensa, al enfrentamiento. Este último, en mensajes que se replicaron constantemente, donde se invita a dejar de adquirir o consumir bienes de origen norteamericano. ¿Es ésa la actitud que nos demanda una hora histórica como lo es definitivamente ésta? Para empezar, si Trump cumple sus promesas de dejar sin efecto del Tratado de Libre Comercio, los productos a que estamos acostumbrados no los volveremos a ver y ciertamente no por decisión propia. Nuestra postura debe ir más hacia nosotros mismos, fortalecer nuestro trabajo cotidiano y estar en contra de todo tipo de situaciones que sean producto de manifestaciones racistas o xenófobas. Resulta lamentable que un día después de las elecciones en Estados Unidos, en nuestro país se haya rechazado el dictamen de la iniciativa que establecía reconocer el derecho al matrimonio igualitario en la Constitución.
Martin Luther King soñaba con un mundo en el que todos los hombres, que fueron creados iguales, fueran tratados iguales. Triunfó Trump y con ello se legitima el odio entre seres humanos. ¿Qué debemos hacer todos para demostrar que las palabras de esperanza de Martin Luther King deben prevalecer sobre cualquier manifestación racista o xenófoba?MAría c. recio