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Zona MACO en busca de coleccionistas
CIUDAD DE MÉXICO.- Ai Weiwei, Anish Kapoor y Ed Ruscha son solo algunos de los nombres que encabezan la XIII edición de Zona MACO, una de las ferias de arte contemporáneo más importantes de América Latina, que abrió el miércoles sus puertas en la Ciudad de México.
Esta vez, 123 galerías de 25 países ocupan, hasta el próximo 7 de febrero, 13 mil metros cuadrados en el Centro Banamex, sitio de convenciones y exposiciones en el norte de la capital mexicana.
Una de las galerías internacionales más aclamadas es la estadounidense Gagosian Gallery, que trae desde California una selección de artistas que “reflejan la cultura de Los Ángeles”, afirmó su directora, Deborah McLeod.
Entre los artistas respaldados por la galería figuran Thomas Houseago, cuyo trabajo está representado por máscaras, y Ed Ruscha, creador pop conocido por sus trabajos que presentan textos sobre coloridos fondos.
Para la ocasión, Ruscha, uno de los artistas “blue-chip” (de “valor seguro”) de la galería, creó unas piezas en las que se lee “Gritando en español”, que acompañan a otra que reza “Other people ruin everything” (“Otra gente lo estropea todo”).
Muchos de los artistas “realmente querían que este trabajo se quedara en México, así que intentaremos venderlos aquí o en la región”, aseguró McLeod.
La londinense Lisson Gallery, que lleva casi medio siglo especializada en arte conceptual minimalista y la neoescultura de Reino Unido, es una de las instituciones que ha traído a México el arte de Ai Weiwei.
El siempre reivindicativo artista chino presenta en MACO, entre otras obras, “Surveillance camera with marble stand”, con la que inmortaliza a través del mármol algo tan cotidiano como una cámara de seguridad.
Entre los artistas de la Lisson Gallery también brilla Anish Kapoor. Su pieza “In between”, realizada con acero inoxidable y oro y con connotaciones sexuales por asemejarse a una vulva, es un ejemplo de cómo el artista, nacido en India, juega con el público y la percepción visual.
Al igual que con otras de sus obras, como pasa con sus grandes platos cóncavos, el artista “desconcierta” al espectador a medida que este se acerca y se aleja, explicó a Efe una de las ejecutivas de la galería, Salomé Prada.
Kapoor es el autor de la pieza más cara de las que ofrece la galería, de unas 800 mil libras (1,17 millones de dólares).
No obstante, el “Programa de fomento al coleccionismo”, creado en esta edición de MACO, trata de impulsar las compras, particularmente las más económicas, señalando con un pequeño cartel aquellas obras cuyo precio es inferior a 5 mil dólares.
Asimismo, la feria desarrolla de manera paralela conferencias que ahondarán en la conservación de las piezas y en la compra de arte tecnológico, entre otros aspectos.
Como es habitual, “MACO Sur” acerca propuestas alejadas de los grandes circuitos, como las de los mexicanos Carlos Amorales, cuyo trabajo se basa en las líneas, y Mario García Torres, quien plantea una reflexión sobre la naturaleza.
También de la brasileña Tania Candiani, que sorprende a los visitantes con un conjunto de nopales disecados que son el punto de partida para su experiencia con la noheztlui (cochinilla), parásito del nopal con el que la artista tiñe de rojo una tela de casi cinco metros de ancho.
Los artistas jóvenes y aquellos establecidos que han sido poco representados tienen su hueco en la sección “Nuevas propuestas”, que trata de romper los parámetros institucionales y establecer “nuevas rutas para que las galerías pudieran acercar la experiencia con la obra de arte”, aseguró el curador de la sección, Humberto Moro.
En especial, la sección muestra “procesos muy nutridos y complejos”, señaló Moro, quien apunta como ejemplo más representativo la obra de colaboración entre el mexicano Yoshua Okon y el español Santiago Sierra, que consiste en un excusado “de lujo” con la forma del capitalino Museo Soumaya.
Por otra parte, la sección “Arte moderno”, algo más reducida, exhibe arte internacional producido principalmente a mitad del siglo XX, y en ella se pueden visualizar piezas de artistas como Andy Warhol -con una de sus latas Campbell, esta vez de queso cheddar-, Diego Rivera, Rufino Tamayo y Fernando Botero.
Asimismo, la aún joven sección “Zona MACO Diseño”, que está presente por tercera vez, reúne objetos de edición limitada que abordan las últimas tendencias del diseño vintage.
Impacta ‘El Excusado’ Soumaya
Cuántas veces hemos escuchado decir que el monumento de la Estela de Luz bien podría ser una suavicrema, que el conjunto Calakmul en Santa Fe serviría como diseño de una lavadora o que la Torre Arcos Bosques es un edificio en forma de pantalón.
Los artistas Santiago Sierra (Madrid, 1966) y Yoshua Okón (Ciudad de México, 1970) se tomaron muy en serio una de estas ideas y construyeron un excusado que se apropia del diseño del Museo Soumaya de Plaza Carso.
“La idea salió hace un par de años cuando Santiago regresó a México y empezamos de nueva cuenta a vernos. En ese momento decidimos hacer una colaboración y este es el resultado”, cuenta Okón en entrevista.
El Excusado (2016), que se exhibe a partir de hoy en el stand de la Galería Parque dentro de la Feria Zona Maco, en el Centro Banamex, es un retrete que toma el diseño y acabado del edificio proyectado por Fernando Romero en una escultura hecha de aluminio, fibra de vidrio y acero inoxidable con un sistema de desagüe que podrá ser activado por el público, igual que lo haría con un excusado convencional.
“La pieza busca hacer una apropiación del Museo Soumaya como símbolo del poder empresarial. Hay toda una tradición en la historia del arte de obras que apropian elementos existentes para recontextualizarlos y resignificarlos. Ejemplos famosos y obvios son las cajas de jabón Brillo de Andy Warhol y el urinal de Marcel Duchamp”, recuerda Okón.
El artista mexicano asegura que la obra sirve para hacer un comentario crítico sobre el comportamiento antisocial de algunos grandes empresarios. “Yo creo que el tema de los empresarios que acumulan fortunas tan increíblemente desproporcionadas (hace poco leí en El Economista que Carlos Slim tiene más dinero que el resto de todos los mexicanos juntos) es algo a lo que se le tiene que poner atención, ya que estas grandes riquezas tienen como trasfondo una enorme explotación tanto de humanos como del medio ambiente. La increíble desproporción en la distribución de la riqueza, que avanza a pasos agigantados, es sencillamente in-sustentable, es la raíz de muchos de los problemas que enfrentamos hoy en día, incluyendo la violencia, el crimen organizado y las migraciones masivas”.
Y el caso de Slim, afirma Okón, no es aislado, “sino que es reflejo de un sistema político y social que permite algo así. Si no se hace algo al respecto nuestras estructuras sociales van a colapsar. Creo que a nivel mundial es importante enfocar la atención en la absoluta falta de regulación a las grandes empresas y al enorme costo social y ambiental que esto representa”.
Desde Madrid, Sierra señala vía correo electrónico que los países, incluido México, “son explotaciones extensivas de ganado humano a beneficio de su clase institucional, empresarial y bancaria. Si cada mexicano decidiese unir sus fortunas para adquirir la de Slim sólo les llegaría para comprarle 70% de la misma. Eso lo dice todo. Mi postura como artista y como persona no difiere”.
Pero la pieza también refiere críticamente la existencia del museo Soumaya que, según Okón, no tiene detrás un proyecto cultural solvente. “Ese museo es una broma, ese señor, pudiendo utilizar todo ese dinero para hacer proyectos sociales y culturales importantes, hace esa cosa que nada más termina alimentando su propio poder. No hay una verdadera vocación cultural ni de filantropía artística”.
Sierra añade: “Estamos ante un hermoso objeto de coleccionista. Una vez adaptada la arquitectura del museo a su nueva función descubres que, como excusado, el Soumaya es un excelente diseño que muchos querrán tener en su hogar. Un objeto con un innegable valor simbólico añadido”.
Cuestionados sobre la posibilidad de presentar un proyecto crítico dentro de una feria de arte, Okón asegura que El Excusado se puede considerar como una obra de sitio específico: “La pieza toma en cuenta la especificidad del sitio donde se presenta. Hace referencia a cómo la cultura del consumo ha penetrado el medio artístico a tal grado que el discurso y el contenido en el arte frecuentemente pasan a un plano secundario o inexistente. Es decir, de cómo el medio del arte funciona cada vez más con una lógica empresarial, viéndose afectada la integridad de las obras. El Soumaya es un perfecto ejemplo de esta situación.”
Sierra concluye: “Más que una crítica articulada como tal, esta pieza es más bien un esperpento de Valle Inclán adaptado a nuestro peculiar aquí y ahora. El Soumaya es la apoteosis del mal gusto, es un ofensivo monumento a la plutocracia más aterradora”.
DATO:
> El encuentro que se realiza desde 2002, cuando nació en Monterrey con el nombre de Muestra, ofrece obra de galerías provenientes de París, Milán, Madrid, Miami, Nueva York, Tokio, Lisboa y Berlín, que presentan trabajos de otros creadores, como Fernando De Szyszlo, Fernando Botero, Rufino Tamayo, Diego Rivera, Damien Hirst Jannis Kounellis, Almudena Lobera, Leonora Carrington, Dr. Lakra, Francisco Toledo, Daniel Lezama, Eugenio Ampudia, Hong Yi y Yigal Ozeri.
¡ASISTE!
> Zona Maco está abierta hasta el domingo 7 de febrero. El costo general del boleto es de 250 pesos.
Con información de Excélsior