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Zoom Out, Perspectiva
1. Las imágenes dieron la vuelta al mundo en menos de una hora. Ocho muertos en Oaxaca, una auténtica guerra civil. Protestas en Chihuahua, Veracruz y Quintana Roo contra congresos estatales sometidos a los caprichos de dictadorzuelos, que antes de dejar el cargo, pretenden blindar su corrupción a plena luz del día, a la vista de todos. Un mal día para México.
2. Los británicos salen de la Unión Europea. La pragmática sabiduría británica no bastó para evitar ese absurdo. Una maestría en la London School of Economics, me enseñó que este fenómeno llegó para quedarse. Podrá estarse o no de acuerdo con la globalización, podrá guiarse en uno u otro sentido; pero nunca se podrá negar o ignorar. El Brexit provocó el desplome repentino de las finanzas británicas y hasta México sufrió las consecuencias. La globalización es “Acción a la Distancia” (Anthony Giddens), y es inevitable. Tendrá efectos buenos y malos, y como País debemos estar preparados para aprovechar unos y para sortear los otros; ser innovadores y adaptarnos a lo que más convenga a la sociedad, en esta aldea global.
3. Colombia firma la paz con las FARC. El Secretario General de las Naciones Unidas, presidentes latinoamericanos y Raúl Castro, el nuevo amigo de los Estados Unidos atestiguaron la firma. Este conflicto narco – ideológico deja una secuela de cientos de miles de muertos. Unos celebran la paz, otros se lamentan. Unos resaltan el valor incalculable de la paz; otros reivindican la justicia como pre requisito para la paz. ¿Acaso no tienen razón las dos partes?
Los tres eventos acontecieron el mismo día. 12 horas más tarde, formaba parte del pasado. A las 24 horas, eran parte del archivo histórico. Moisés Naím, en su libro “Fin del Poder” concluye que cada vez será más fácil acceder al poder, y será mucho más difícil conservarlo. Las noticias corren rápido, los seres humanos nos percatamos de todo, hay demasiada información a la mano. En un momento nos alegramos, en otro nos sensibilizamos y poco después, nos indignamos, pero nada deja huella.
Anteriormente ganaba elecciones el que vendía mejores esperanzas, fueran o no sostenibles. Hoy gana el que atiza sentimientos de odio, coraje y venganza: “Tú no tienes culpa”, dice el político, “el culpable es el otro”. Esto define al populista “moderno”, sin ideología, trátese de Boris Johnson, Donald Trump o López Obrador. Si la democracia necesita demócratas; el populismo se nutre de enemigos, reales o imaginarios.
Urge hacer un alto reflexivo. Recomiendo un libro de Antonio Navalón: Paren al mundo, que me quiero enterar. Un amigo sacerdote utiliza un término más moderno y apropiado: Zoom Out, para cuando uno se pierde en las interminables minucias de cada día. Estamos tan enfocados en el torrente de sucesos particulares, que no nos damos tiempo para alejarnos y verlos en perspectiva, para entender el qué y el por qué de esos sucesos.
Recomiendo también dos filmes: Concussion protagonizada por Will Smith y The Big Short, multi estelar con Brad Pitt. Ambas se ocupan de hechos reales; la primera, de los peligros del Futbol Americano y de las muertes que ha ocasionado. La segunda, aborda la crisis financiera mundial de hace algunos años, en la que muchos especularon impunemente a costa del patrimonio y el empleo de millones.
Ambas películas tienen sustento científico y estadístico, pero existe enorme interés en ocultar e ignorar esos asuntos, aunque sean la pura verdad, porque a nadie interesa la verdad, hay mucho dinero y placer de por medio.
Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco lo han dicho de diferentes formas: estamos tan absortos en el placer y el dinero, que no tenemos atención para nada más. Placer y dinero guían a la humanidad. Formamos seres humanos para que ganen dinero, no para que sean felices.
Nos asustamos porque unos maestros raparon a otros, que no se unieron a su causa. Ciertamente la violencia y la humillación, nunca serán solución; pero pocos se asuntan ante las condiciones de extrema pobreza en que crecen millones de mexicanos, y ese entorno también es violento y humillante.
Al hacer “Zoom Out” entiendo que el origen de nuestros problemas radica en esta lucha desmedida y estéril por placer y dinero. En esa batalla los pobres no cuentan, son un estorbo, una estadística incómoda. Lo mismo en las grandes capitales del mundo como en nuestras ciudades. El personaje de The Big Short concluye: “¿Cómo van a justificar tanto dinero destinado a tapar tanta ambición (En Estados Unidos y el Mundo desarrollado)? Ese dinero se necesita para otras cosas. Además es deuda que se tiene que pagar. Responde “Muy fácil, van a culpar a los pobres y a los inmigrantes”.
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