Aplausos para Konchalovsky y abucheos para Piccioni en Venecia

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Aplausos para Konchalovsky y abucheos para Piccioni en Venecia

El director ruso Andrei Konchalovsky posa para los medios durante un pase gráfico por la película "Paradise" en la 73 edición del Festival Internacional de Cine de Venecia. Foto: EFE
Konchalovsky se llevó el premio al mejor director en Venecia por "El cartero de las noches blancas"
Yo no quería hacer una película sobre el Holocausto, sino que quería hablar de la naturaleza del mal, que es eterna. El mal nace todos los días y hay personas que creen que están haciendo el bien y hacen el mal"...
Andrei Konchalovsky, director de cine

Saber que una película trata del Holocausto es para muchos motivo suficiente para no ir a verla. No es un tema fácil, pero el director ruso Andrei Konchalovsky dio hoy una razón para cambiar esa actitud: "Paradise", el título en inglés de una de las películas más aplaudidas de la competición en el Festival de Venecia, que se encuentra ya en su recta final.

El director ruso, hermano mayor del famoso Nikita Mikhalkov, firma un contenido y emocionante drama en blanco y negro sobre la Segunda Guerra Mundial dedicado a los inmigrantes rusos en Francia que salvaron vidas niños judíos escondiéndolos.

Konchalovsky, que hace dos años se llevó el premio al mejor director en Venecia por "El cartero de las noches blancas", cruza en "Paradiso" el destino de tres personas: un jefe de la policía francesa durante la ocupación de París(Philippe Duquesne); una aristrócrata rusa que ayuda a niños hebreos y acaba en un campo de concentración (Yuliya Vysotskaya) y un alto mando alemán de origen noble que ama la literatura rusa tanto como ideario fascista (Christian Clauss).

En lugar de contar una historia de forma lineal, el realizador interrumpe el relato para colocar a los protagonistas a hablar de su vida, unos monólogos que dotan la trama de una mayor carga emocional. "No hay paraíso sin infierno", dice uno de los protagonistas en el metraje y en aquella época, el infierno tenía forma de campo de concentración.

El director de 79 años aseguró que el tema del Holocausto ha sido banalizado en el cine, sobre todo si se filma en color para ver a 200 jóvenes con un pijama de rayas.

"Yo no quería hacer una película sobre el Holocausto, sino que quería hablar de la naturaleza del mal, que es eterna. El mal nace todos los días y hay personas que creen que están haciendo el bien y hacen el mal", señaló el director, que puso como ejemplos de su argumento no sólo la Segunda Guerra Mundial, sino también a Juana de Arco y los bombardeos en Siria e Irak.

La contenida puesta en escena, en el que el blanco y negro no emerge como una apuesta estética, la brillante actuación de los protagonistas y un guión sin estridencias compone una historia de dolor y reflexión que ha sido muy bien recibida por la crítica, la misma que abucheó la tercera película italiana a concurso: "Questi Giorni", de Giuseppe Piccioni.

El director italiano de 63 años mostró a concurso la historia de cuatro veinteañeras (Maria Roveran, Marta Gastini, Laura Adriani y Caterina Le Caselle). Emprenden un viaje a Belgrado porque una de ellas ha encontrado allí un trabajo y quiere comenzar una nueva vida. Todas tienen una razón para escapar de su rutina y aunque los vínculos que las unen son diversos, juntas descubren lo que realmente las mantiene unidas y una razón para volver.

Inspirada libremente en una novela no publicada de Marta Bertini, una alumna del cineasta de un curso de escritura de guión, "Questi giorni" tuvo la pero recepción de las tres cintas italianas mostradas a concurso por su previsibilidad y sensiblería. La comedia social "Piuma" sí fue tuvo un tímido aplauso, pero no el documental "Spira Mirabilis", una coproducción suiza, de Massimo D'Anolfi y Maritina Parenti.

(I-D) El director ruso Andrei Konchalovsky, la actriz rusa Julia Vysotskaya, y los actore alemánes Christian Clauss y Jakob Diehl posan para los medios durante un pase gráfico de la película "Paradise" en Venecia. Foto: EFE

El certamen italiano concluye mañana la presentación de las 20 películas a concurso con la filipina de 226 minutos (casi cuatro horas) "The Woman Who Left", de Lav Diaz y "Sulla Via Lattea", de Emir Kusturica.

Pero el gran protagonista de la jornada fue Jean Paul Belmondo, todo un icono del cine francés que recibió el León de Oro a la carrera de manos de su compatriota Sophie Marceau.

A sus 83 años, el exitoso actor francés que ha trabajado con casi todos los grandes del cine de su país tras saltar a la fama de la mano de Jean-Luc Godard ("À boute de souffle", 1960) camina con la ayuda de una muleta y tiene dificultad para hablar, probablemente como consecuencia del accidente cardiovascular que sufrió en 2001.

"No me arrepiento de nada. Yo me divertí siempre", aseguró el actor, a quien Marceau definió como un profesional del arte y el amor.